sábado, 15 de junio de 2013

Between Lies and Secrets [ cap 9 ]


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Capitulo 9


Takaki abrió lentamente sus ojos, sintió un calor agradable enseguida de su cuerpo. De pronto recordó lo que había pasado hace unas cuantas horas. Su cuerpo mezclado con el de Yabu después de tanto tiempo…

Estaba mal, el no quería pasar por lo mismo dos veces. Amaba a Yabu pero no podía dejar que sucediera de nuevo, sabía que quería estar con él, pero simplemente su corazón no lo dejaba.

Levantó su vista unos segundos y observo como el otro chico dormía plácidamente. Unos minutos después se sentó en la cama, haciendo que Yabu despertara.

“Buenos días…” dijo con una gran sonrisa en su rostro tocando la mejilla de Takaki. Unos segundos después y Takaki tenía cara de preocupación y no contestaba “¿Pa… pasa algo?” Preguntó.
“Si… Lo siento” dijo Takaki
“¿Qué? … ¿De qué hablas?” Yabu estaba muy confundido por las palabras de Takaki
“Yo en verdad lo siento pero… creo que no podemos estar juntos…” dijo aguantando para que una lágrima no corriera por su rostro
“¿Qué?… ¿Por qué?” dijo muy sorprendido
“Lo siento en verdad… yo… no quiero pasar por esto de nuevo…”
“¡Pero Takaki… voy a cambiar! ¡Te juro que voy a cambiar!” Se sentó frente a Takaki
“No por favor Yabu… es mejor que te vayas…” agriamente le dijo.
“Pero…”
“Por favor….”

Yabu se quedó mirando intensamente los ojos de Takaki por un segundo pero no consiguió nada. Así que se levantó y comenzó a vestirse, ni siquiera se preocupó por ponerse la playera porque la había ensuciado toda, no le importó salir a la calle sin nada arriba, lo que quería era irse de allí antes de que su corazón doliera más.

Pero claro, todo debía ser culpa de su querido hermano… de seguro Takaki aun no lo dejaba de amar… entonces Yabu decidió que esto no se quedaría así.

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“¡Me gustas!” dijo energéticamente haciendo una reverencia
“¿eh?” Preguntó incrédulo
“¡Me gustas! ¡Me gustas mucho! ¡Desde la primera vez que te vi!” Dijo Yuto levantando su rostro
“Yo…” dijo tímidamente Ryosuke
“Si no te gusto está bien… solo quería que…”

Ryosuke no lo dejó terminar. Posó sus labios suaves en los de Yuto, y comenzaron a besarse tiernamente.

“¿Eso significa que yo también te gusto?” Preguntó tímidamente Yuto.
“Claro…” Sonrió y le dio otro pequeño beso en los labios.

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Ya habían pasado unos cuantos días. Keito había regresado a la escuela y ya había vuelto a ir a trabajar. A pesar de que todo le lastimaba, trataba de evitar lo más que podía a Hikaru. Pero se dio cuenta que Hikaru había empezado a llevarse más con otro chico de su salón, Ayukawa Taiyo. Siempre había visto que le hablaba bien a Hikaru pero de pronto comenzaron a hacerse inseparables.

Odiaba ver como Hikaru le sonreía, odiaba escuchar sus carcajadas, odiaba cuando se ayudaban mutuamente, simplemente odiaba que Taiyo estuviera cerca de Hikaru.

Un día fue a trabajar, nada en especial pasaba, lo normal. Llegaba gente y el tenía que mostrarles su más hermosa sonrisa aunque se estuviera pudriendo lentamente por dentro.

De pronto, mientras estaba descansando un momento pues  no había nadie en la tienda, la puerta se abrió.
Se levantó pues tenía que recibir a la gente, pero se quedó helado después de ver quien entró a la tienda.

“¡Taiyo… dime donde estamos…!”  Dijo Hikaru muy feliz tapándose los ojos con la mano y en la otra estaba sujetando fuertemente la mano de Taiyo.
“¡Ya entramos… es un lugar que te gusta mucho… espera un poco!” Dijo y después sentó a Hikaru en una silla y se sentó a un lado de él “Ya puedes destapar tus ojos…” dijo feliz
“Okay…” retiró la mano de sus ojos y después de que se acostumbró a la luz del lugar pudo reconocer la cafetería donde trabajaba Keito “¡Oooh Taiyo~!”
“Sé que te gusta venir mucho por aquí…” dijo con una sonrisa.
“¡Si~! ¡Gracias~!” Dijo Hikaru.

Trató de no buscar a Keito con la mirada, y no lo hizo, pues de pronto un par de labios los sorprendieron. No era el primer beso que le daba Taiyo, pues tenían ya un par de días saliendo, pero aun así los labios de Taiyo se sentían diferentes. No se podía acostumbrar a besarlo todavía, no sentía esa gran química que deben de tener los noviazgos para funcionar. Y él sabía que su noviazgo con Taiyo no duraría más de un par de días más, pero aun así necesitaba alguien que lo hiciera olvidarse de Keito un rato, aunque, por lo menos ese día no iba a poderlo olvidar pues justo había ido a la cafetería. Sabía que en cualquier momento Keito llegaría a su mesa, y no se equivocó.

“¡EJEM!” Dijo Keito para que Hikaru y Taiyo se separaran “¿Puedo ayudarlos en algo?” siguió con un tono no muy feliz.
“¡Okamoto-Kun! ¡No sabía que trabajabas aquí!” dijo Taiyo feliz
“Si… aquí trabajo…”
“Ooh… genial. Bueno, pues… 2 capuccinos por favor…”
“Claro… en un momento se los traigo…”

Keito se retiró no sin antes lanzarle una mirada que dejó confundido a Hikaru. En ella le mostraba enojo y tristeza al mismo tiempo.

Hikaru y Taiyo siguieron conversando, aunque el que hablaba era Taiyo. Hikaru se sentía muy incómodo de estar allí, aun no había terminado de olvidarse de Keito, y recibir esas miradas que no podía descifrar lo estaban volviendo loco.

Un par de minutos más y Keito estaba frente a ellos con los dos capuccinos. Se los entregó sin decir ni una sola palabra y se fue al rincón más lejano de la cafetería.

Keito se sentó en la mesa, y a pesar de que era la más alejada, Hikaru podía ver claramente su cara.

El chico comenzó a llorar y ni siquiera se molestaba por limpiarse las lágrimas que rodaban rápidamente por sus mejillas. Hikaru se quedó observando a Keito, de pronto sus miradas se encontraron. Keito limpió su cara y volteó a ver otro lugar de la cafetería donde no pudiera ni siquiera ver de reojo a Hikaru.

El moreno sentía la necesidad de ir con Keito y preguntarle que tenía, su corazón se rompía cada vez más. Le dolía saber que algo malo le estaba pasando al chico. Necesitaba saber que era, y pronto.

“Taiyo…” dijo débilmente “Creo que no me siento bien…” dijo sobando su cabeza
“¿Te sientes mal?… ¿Qué te pasa?” contestó con un tono muy asustado
“No sé, me comenzó a doler la cabeza y…” puso las dos manos sobre su cabeza “no aguanto el dolor…”
“¿Quieres que te lleve a tu casa? O tal vez al hospital, hay uno por aquí vamos…”
“No no… está bien… me iré a casa…”
“Te voy a acompañar…” le dijo ayudando a Hikaru a levantarse
“No, está bien… me iré solo, además para tomar algo de aire…”
“¿Pero y si te sientes mal en el camino?…” le dijo con tono preocupado
“Estaré bien… si me siento muy mal te hablaré por teléfono…”
“Está bien… Pero me hablas si te sientes muy mal… y llámame cuando llegues a tu casa…”

Hikaru asintió con su cabeza, después Taiyo le habló a Keito para pagar su cuenta. Salieron del lugar y bajo la intensa mirada de Keito, Taiyo le dio un beso en los labios a Hikaru y se despidieron.

Keito sentía que se desmoronaba detrás del mostrador. No soportaba la idea de que otro chico besara los labios de Hikaru, y no soportaba saber que había sido reemplazado, alguna vez Hikaru lo amó, no podía creer que ya no.

Keito puso la cabeza sobre el mostrador y comenzó a llorar con todas sus fuerzas. Lo bueno era que el lugar estaba solo, claro, en menos de 30 minutos tenía que cerrar.

De pronto sintió que alguien le tocó la cabeza.

“¿Keito?… ¿Estás bien?”Preguntó con una voz dulce, el mencionado levantó la cabeza para ver de quién provenía esa dulce y familiar voz.
“Hi… ¿Hikaru?” dijo Keito
“¿Te pasa algo?”
“No…” limpió su rostro y se movió del lugar de donde estaba.
“Sé que te pasa algo… dime por favor…”

Keito no le hizo caso, tomó una escoba y comenzó a limpiar el lugar.
Hikaru esperó unos minutos a ver si Keito hablaba, pero no.

“¡YA! ¡Dime qué te pasa me estas volviendo loco!” dijo en un tono histérico

Hikaru tomó del brazo a Keito haciendo que este dejara de limpiar. Keito ni siquiera abrió la boca, así que Hikaru le dio la vuelta para quedar justo frente a él.

“Por favor… dime qué te pasa, me tienes muy preocupado…” dijo con tono dulce
“¿Desde cuándo comenzaste a preocuparte por mi?” preguntó con tono frio mirando directamente los ojos de Hikaru.
“Desde siempre…”
“¡JA! ¿En verdad? ¿Por qué no vas con tu novio Taiyo y le preguntas que le pasa a él?” Keito movió fuertemente su brazo para que Hikaru lo soltara
“Taiyo no tiene nada que ver con esto…”
“No lo defiendas…”
“No lo estoy defendiendo…”
“¿Por qué estas con él?” le preguntó a Hikaru directamente “¿Lo amas?”
“Yo…” Hikaru no sabía que contestar, no podía decirle que no, ni tampoco que si
“¡Contéstame! ¿¡Lo amas!?” de nuevo lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Keito
“Keito…” limpió su mejilla
“No me toques…” se movió lejos de Hikaru

Tomo de nuevo la escoba y comenzó a limpiar. Hikaru repetía una y otra vez su nombre pero el chico lo ignoraba, haciendo que el moreno se desesperara y dijera toda la verdad.

“¡No lo amo!…” Keito dejó de moverse al escuchar lo que había dicho Hikaru “¡No lo amo!, ¡aunque suene mal solo lo estoy usando… lo estoy usando para olvidarme de ti! ¡Para olvidar que te amo a ti! ¡Para olvidar que te necesito a ti! ¡Para borrarte de mi memoria! ¡Para hacer como si nunca me hubiera enamorado de ti! ¡Por eso estoy saliendo con él!” La desesperación de hacerle entender cada palabra a Keito se notaba en su tono de voz.

Keito comenzó a llorar, lágrimas caían furiosas por sus mejillas. Hikaru caminó hasta enfrente del chico y tomó su rostro entre sus manos limpiando suavemente las lágrimas que caían por las mejillas del menor con sus pulgares.

“¿Qué a caso no entiendes lo mucho que te amo? ¿Lo mucho que te necesito?” hubo un pequeño silencio, Hikaru alzó un poco la cabeza del chico para que lo mirara directo a los ojos “No puedo aceptar el hecho de que no quieras estar cerca de mi… no puedo. Por eso… por eso tuve que usar a Taiyo… yo sé que le romperé el corazón… pero soy demasiado tonto para pensar en otra cosa que hacer… Taiyo ha sido como la anestesia que ha hecho que no me desintegre por no estar junto a ti… pero solo es una anestesia… el dolor sigue allí… palpitante y cuando esa anestesia se va… el dolor me desgarra el cuerpo…”
“Hikaru…”

Keito reprimió sus lágrimas. De pronto unos cálidos labios se posaron en los de Hikaru, eran los de Keito. Un beso dulce y necesitado de amor.

“Yo… después de que me dijiste lo que sentías por mi… después de que me salvaste la vida… me di cuenta que no odiaba que me persiguieras… que no odiaba tenerte cerca de mi… al contrario. Me di cuenta que quería que estuvieras a mi lado a cada segundo de mi vida… me di cuenta que en verdad te amo…” miró fijamente a los ojos del moreno
“Entonces prométeme que nada nos va a separar…” dijo sinceramente con una gran sonrisa en sus labios y una felicidad marcada en sus ojos
“Nada…”

Keito y Hikaru se dedicaron otro beso, para deshacerse de las heridas que se habían hecho mutuamente.

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Yabu comenzó a seguir a Takaki, iba a todas partes a las que él iba. Sabía cada movimiento que hacía y con cada persona con la que hablaba. Necesitaba saber que estaba haciendo, y necesitaba saber si sabía algo de su hermano. Yabu tenía que encontrar a Ryosuke si quería que se hundiera y hacer que le dejara el camino libre con Takaki.

“Kei-chan…” dijo Takaki por teléfono
“Si… Yuya. Bien, estuve en América por un tiempo pero ya volví. ¿Oh si? Genial. Si, quería preguntarte algo… Sobre Ryosuke, pero… preferiría que habláramos en un café o algo así, quisiera hablar esto personalmente. Si claro, allí te veré. Adiós”

Takaki cortó la llamada. Yabu no pudo escuchar ni una sola palabra de lo que estaban diciendo por el otro lado de la línea. Lo que sí sabía, era que de seguro Takaki estaba hablando con Inoo, eso significaba que Inoo sabía algo que él no. No sabía donde se verían los dos chicos, por eso decidió seguir espiando a Takaki para obtener información. Necesitaba encontrar a su hermano lo más pronto posible.

Fin Capitulo 9

my birthday gif [ cap 2]









Sin necesidad de mucho tiempo, ambos chicos se hicieron inseparables. Takaki y Daiki no se quejaron al ver que su amigo se separaba un poco de ellos, al contrario, estaban felices de que Ryutaro había encontrado a alguien para él. Aunque aun no eran pareja, Takaki y Daiki deseaban que lo fueran.

“Oye Chii… ¿por qué te atrasaste un año en la escuela? … ¿no deberías ir en la preparatoria ya?” Le pregunto Ryutaro en lo que esperaban a que comenzara la clase
“Mmm… digamos que… pasaron muchas cosas en mi casa y perdí un año de escuela…”
“Oh… ya veo…” Dijo Ryutaro con una sonrisa un poco forzada

Al ver cómo el rostro de felicidad de Yuri, cambió a una de dolor después de hacer esa pregunta decidió no preguntar más.

Un par de minutos después llegó el maestro y comenzó a dar su clase.

Todo iba bien, hasta que de pronto el celular de Yuri sonó, o más bien, vibró. Este lo abrió y leyó el mensaje.

“Maestro…” dijo Yuri levantando su mano tímidamente
“¿Qué pasa Chinen-kun?”
“¿Puedo… puedo ir al baño?… mi estómago…” dijo fingiendo dolor
“¡Oh!… Si claro sal…”

Yuri se levantó y miró a Ryutaro, obviamente era mentira que le dolía el estómago.
El menor vio como se iba el chico, la duda lo invadía, pero trató de seguir concentrado en la clase.

El profesor terminó con su primera hora de clases y Yuri aun no volvía.

“Profesor…” Ryutaro se acercó al maestro “¿Puedo… ir al baño?”
“Si claro… y si vez a Chinen-kun, me avisas por favor…” dijo el maestro un poco preocupado

Ryutaro se dirigió al baño, esperaba que de verdad estuviera allí.

Abrió la puerta lentamente, tratando de no hacer mucho ruido. Entró y a simple vista el baño estaba vació. Hasta que…

“¡Ah!”

Un gemido, Ryutaro al instante lo reconoció. Caminó hasta el cubículo de donde había salido ese sonido. Acercó su oreja a la puerta y pudo escuchar gemidos ahogados, sabía perfectamente quien era, así que sin importarle abrió la puerta, encontrando la escena que sabía que vería.

Yuri estaba contra la pared del cubículo, con los pantalones abajo y entre sus piernas, estaba un chico que iba un grado arriba de ellos. Este chico, tenía el miembro de Yuri dentro de su boca.

Ryutaro se le quedó mirando al chico, no con asco, sino con odio. El chico, bajo la intensa mirada de Ryutaro, se despegó del cuerpo de Yuri, acomodó su uniforme y metió la mano a su pantalón, sacando un par de billetes y dejándolos caer al suelo, después salió corriendo del baño.

Ahora al que le tocaba la intensa mirada de Ryutaro fue a Yuri. El mayor se sorprendió al principio de ver a Ryutaro, pero después, sintió la necesidad de molestarlo.

Ryutaro se acercó a el y tomó el dinero que le habían tirado al suelo, lo dejó sobre la taza del baño, estaba dispuesto a irse cuando…

“No te vayas…” dijo Yuri tomando a Ryutaro del brazo “… Me acabas de dejar con un gran problema…”

Miró su miembro haciendo que Ryutaro también lo viera. El menor miró a Yuri con ojos de disgusto.
A Yuri no le importó, y tomó la mano de Ryutaro y la puso sobre su miembro, forzándolo a que lo masajeara.
Yuri cerró sus ojos y comenzó a gemir sin importarle que estaban en el baño de la escuela.
Ryutaro fastidiado, quitó su mano del miembro de Yuri, recibiendo de este un pequeño puchero. Después tomó la mano de Yuri y la puso donde segundos antes había estado su mano.

“Hazlo tu solo…” le dijo fríamente

Ryutaro caminó hasta el lavamanos y enjuagó sus manos, después se dirigió a la puerta para irse.

“¡Ah! Por cierto Yuri, cuando termines, apúrate a irte al salón porque ya te perdiste la mitad de la clase…”

El chico salió del baño y se dirigió al salón, dejando a un desconcertado Yuri en el baño.

Minutos después de que Ryutaro llegó al salón, Yuri entró, pidiéndole disculpas al maestro por su tardanza. Después caminó a su asiento y volteó a ver a Ryutaro, quien no le dedico ni un segundo su mirada.

Las clases estaban por terminar y Ryutaro no le hacía caso a Yuri, este se desesperó y escribió en una hoja un mensaje para Ryutaro.

Ryu-chan!! No te enojes conmigo ¿si? *-*

Ryutaro leyó la hoja y después la guardó en su pantalón sin siquiera contestarle nada a Yuri.

Yuri se enojó también y decidió no seguir intentando hablar con el testarudo de Ryutaro.

La clase se terminó y todos los alumnos comenzaron a irse. Yuri terminó de empacar sus cosas y se dirigió a la puerta dispuesto a irse sin esperar a Ryutaro.

“Yuri… tenemos una tarea en parejas de literatura para mañana, así que ve a mi casa en la tarde…” dijo dulcemente, como si nada hubiera pasado.
“¿Eh?” Yuri se sorprendió por el tono de voz de Ryutaro
“Nos vemos al rato…” Puso su mochila sobre su hombro mientras le dedicaba una cálida sonrisa a Yuri
“Ryu-chan… no estás enojado?” preguntó Yuri
“No…” contestó despreocupado
“¡RYU-CHAN!” Yuri corrió a los brazos de Ryutaro y le dio un gran beso en la mejilla “¡Gracias!”
“¿Por qué siempre eres tan expresivo?… anda, ya vete, nos vemos al rato”
“¡Si! ¡Bye-bye!”

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Yuri llegó a la casa de Ryutaro, ya era una costumbre para él ir casi todas las tardes, pero esta vez iba a hacer tarea.
La madre de Ryutaro lo recibió amablemente.

“Ryutaro está en su cuarto, sube, debe estar esperándote…” le dijo con una sonrisa en su cara
“Si señora… muchas gracias…” contestó la sonrisa

Yuri subió al cuarto de Ryutaro. Cuando estaba a punto de entrar escuchó un sonido muy extraño.

“Mmm…”

Sin lugar a dudas era un gemido y por el tono de voz, se notaba que era de Ryutaro.

Yuri abrió lentamente la puerta del cuarto, Ryutaro estaba tan concentrado dándose placer a si mismo que no se dio cuenta de que habían abierto la puerta. El mayor se quedó en silencio disfrutando de la vista. Era la primera vez que veía el miembro de Ryutaro, sin lugar a dudas no era el pequeño Ryutaro que el pensaba que sería.

Ryutaro tenía los ojos fuertemente cerrados, trataba de reprimir sus gemidos y aceleraba sus movimientos a cada segundo. Después de un gemido fuerte, Ryutaro se derramo sobre su mano.

Yuri entró al cuarto de Ryutaro. El menor se quedó inmóvil viéndolo. Se acercó al menor y tomó su mano, que estaba cubierta de su semilla y comenzó a lamerla toda, saboreando a Ryutaro. Yuri puso sus labios sobre los de Ryutaro y comenzó a besarlo apasionadamente, bajó una de sus manos hasta el miembro desnudo del menor y comenzó a masajearlo.

Ryutaro se dejó llevar por unos segundos, Yuri podía saborear su victoria, estaba seguro de que esta vez si lograría unirse a Ryutaro. Pero algo en la cabeza del menor hizo que reaccionara, así que dejó de responder el beso y separó su a Yuri de su cuerpo.

“No Yuri…” dijo con la voz entre cortada, Yuri no le hizo caso y siguió masajeando el miembro del menor “Argh… No” a duras penas quitó la mano de Yuri y se levantó “espérame un segundo”

Ryutaro entró al baño y rápidamente se quito la ropa, después entró a la bañera y dejó que agua fría cayera sobre su cuerpo, calmando un poco a sus hormonas.

Minutos después salió del baño, completamente calmado. Encontró a Yuri recostado sobre su cama, mirando al techo.

“Per… perdón…” dijo Ryutaro
“No te preocupes…” contestó un poco frío “Hay que hacer la tarea…”

Los dos chicos comenzaron a hacer su tarea, el ambiente era un poco tenso, solo se hablaban cuando era necesario, sino, preferían no hacerlo.

Después de un par de horas terminaron su tarea, Yuri sin pensarlo mucho tomó sus cosas y se fue a su casa.

“Yuri…” Dijo Ryutaro antes de que Yuri saliera “Perdón…”
“No tienes por qué disculparte…” El mayor suspiró y se fue.

Ryutaro se recostó en su cama y se quedó pensando en el mayor y su terquedad por tener relaciones con él. ¿Acaso quiere tener relaciones con él porque lo quiere, o simplemente por placer?

Esa pregunta estaba dando vueltas en su cabeza cuando de pronto se dio cuenta que Chinen había olvidado su celular. Así que después de pensarlo un rato, decidió ir a entregárselo y además, preguntarle por qué quería tener relaciones con él.

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Ya era de noche, el frío lo acompañaba por la calle semi-desierta. Cuando menos lo pensó ya estaba frente a la casa de Yuri. Tocó unas cuantas veces pero nadie le respondió. Se dio cuenta que todas las luces de la casa estaban prendidas, eso significaba que debía haber alguien, o que Yuri era muy descuidado y no apagaba las luces. Por curiosidad giró la perilla de la puerta, y esta se abrió. Ryutaro se rió en silencio por lo despistado que era su amigo.

No había ido muchas veces a la casa de Yuri, pero si sabía donde estaba su habitación, así que después de cerrar la puerta se dirigió al cuarto del mayor.

Al llegar a la puerta escuchó como Yuri gemía acompañado de unos gemidos un poco más graves.

Abrió la puerta lentamente y vio como Yuri estaba siendo penetrado por un hombre bastante mayor que él, probablemente tenía unos 20 años.

Yuri gemía como si no hubiera mañana, no le importaba que sus gritos se escucharan por toda la casa.

Ryutaro sentía como la sangre le hervía del coraje, terminó de abrir la puerta lo más ruidosamente que pudo, haciendo que los chicos dejaran de hacer lo que estaba haciendo.

“No te preocupes… continúa por favor…” Dijo Yuri agitadamente al ver a Ryutaro
“Pero…”
“¡Sigue por favor…!” Dijo lujuriosamente Yuri

El chico, que Ryutaro no tenía ni menor idea de quien era, siguió penetrando fuertemente a Yuri. Chinen no despegaba su mirada ni un segundo de Ryutaro. El menor sentía que la sangre le hervía aun más… no podía creer lo que Yuri estaba haciendo.

Tomó su teléfono he hizo como si llamara a la policía

“¿Buenas noches?, Si… es que… un muchacho entró a mi casa y está violando a mi hermano mayor…” actuó estar llorando “Si… La dirección es…” y antes de que terminara de dar la dirección, el muchacho se salió del cuerpo de Yuri, le tiró con unos cuantos billetes, tomo su ropa y salió prácticamente volando de la casa de Yuri.

Ryutaro se quedó mirando el cuerpo desnudo de Yuri sobre su cama, estaba cubierto en sudor y en otra cosa que no quería ni imaginar que era, estaba seguro que cuando llego ya tenía mucho tiempo con ese muchacho. Suspiró hondo y caminó hasta la cama donde estaba Yuri.

“Olvidaste esto en mi casa…” dejó el celular sobre la mesita que estaba a un lado y se sentó en la cama, enseguida del agitado Yuri.

Se quedaron en silencio unos segundos, hasta que Yuri comenzó a llorar. Ryutaro puso su mano sobre la cabeza del mayor y comenzó a acariciarla.

Después Yuri se sentó en la cama, limpió las lágrimas de sus ojos y se acercó a Ryutaro. Puso sus labios sobre los de Ryutaro, pero este lo despegó de él delicadamente.

“No Yuri…” le dijo en un tono dulce

El chico lo ignoró y volvió a acercarse a él, Ryutaro seguía resistiéndose. Hasta que Yuri con todas sus fuerzas lo hizo caer sobre la cama. Se puso sobre él y comenzó a devorar su cuello a pesar de que el chico se lo trataba de quitar de encima. Yuri no paraba de llorar pero esto no le impedía querer hacer suyo al menor. Bajó su mano hasta el miembro de Ryutaro y comenzó a masajearlo por sobre la tela.

“¡YURI NO!”

Ryutaro quitó con fuerza a Yuri de sobre él, el chico comenzó a llorar más fuerte.

“Per… perdóname yo…” Ryutaro se acercó al chico
“¿¡TE DOY ASCO VERDAD!?” Dijo llorando amargamente
“¿Asco?… Claro que no Yuri ¿Por qué dices eso?” su tono era muy dulce
“¿¡Entonces porque siempre te niegas!? ¡Si te doy tanto asco no te me acerques nunca más!”
“¡Yuri no es eso!… Yo te amo, pero simplemente aun no es el momento…”
“¡NO ME MIENTAS MORIMOTO RYUTARO! ¡TU NO ME AMAS! ¡TE DOY ASCO PORQUE ME ACUESTO CON OTROS CHICOS!”
“¡No es verdad! Yo te amo, en verdad te amo. Y no me das asco, me enoja que vendas tu cuerpo… pero asco no me das…” Ryutaro trató de tocar el rostro de Yuri pero este golpeó su mano
“¡NO MIENTAS RYUTARO! ¡SE QUE TE DOY ASCO! ¡DESDE LA PRIMERA VEZ QUE ME VISTE! … vete… ¡VETE Y NUNCA MÁS TE VUELVAS A ACERCAR A MI!”.

Esas palabras llegaron directo al corazón de Ryutaro, clavándose como estacas.

“Si… si eso es lo que quieres…”

Ryutaro se fue desconsolado de la casa de Yuri.

Yuri se quedó llorando, se sentía vacío. Tomó el teléfono y lo abrió. Su fondo de pantalla era distinto al que él había recordado que tenía. Ahora, era una foto que decía “Ai Shiteru” y podía reconocer claramente la letra, era la de Ryutaro. Más lágrimas comenzaron a caer furiosas por sus mejillas, Yuri tiró al piso su celular.

Ambos se sentían vacíos…

Fin capitulo 2

sábado, 8 de junio de 2013

Between Lies and Secrets, [ cap 8 ]


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Capitulo 8


“Sigo sin saber nada de ti y eso ya me está preocupando un poco… como sea, si lees este mensaje, llegaré a las 10 a.m. hasta luego. Takaki Yuya 

Yabu leyó el último mensaje que había recibido su hermano, miró el reloj y eran las 9.25 a.m., Yuya debía estar por llegar.
Decidió ir al aeropuerto, no tenía intenciones de hablarle, no tenía intenciones de acercarse a él… solo necesitaba verlo.
Llegó al aeropuerto y se escondió detrás de un anuncio pero veía claramente el pasillo de donde llegaba la gente de los vuelos internacionales.
Miró su reloj, eran las 9.45 a.m., Yuya estaba a punto de llegar. Su corazón comenzó a palpitar muy rápido. Unos cuantos minutos después lo vio caminar por el pasillo, tardó unos minutos en saber que era él, porque más que no poderlo diferenciar, no podía creer que lo estaba viendo.
Yuya se quedó un minuto parado y observó a todos lados, sin lugar a dudas estaba buscando a su amigo, pero no lo vio, así que se resignó y caminó hasta donde estaban los taxis, subió a uno y se dirigió a su casa, lo que no sabía, era que Yabu lo estaba siguiendo muy de cerca.
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“Keito, que bueno que viniste a la escuela, pasa por favor…” le dijo la profesora al chico que llegó 5 minutos tarde.
“Si, gracias…” contestó Keito
El chico se fue silenciosamente a su asiento, todos sus compañeros lo veían fijamente, pues a pesar que nadie sabía que había pasado, el rosto de Keito les decía que el chico no estaba muy bien, se veía triste, desganado y además se notaba que había pasado una mala noche. Todos lo observaban, sin embargo, Keito necesitaba que solo él lo viera, pero no, ni siquiera le lanzó una mirada.
Sintió muchas ganas de llorar, pero respiró hondo y se calmó un poco.
Su mirada no se separaba de Hikaru ni un segundo, pero el moreno, ni por equivocación lo volteaba a ver. El corazón de Keito se rompía más con cada pasar de los segundos.
“¿¡Keito estás bien!?” Le preguntó una compañera asustada
Keito no se había dado cuenta de que estaba llorando hasta que esa chica le dijo, todos lo voltearon a ver, hasta él lo volteo a ver. Sus miradas se cruzaron y Keito sintió que no podía más.
“Lo… lo siento…” dijo Keito, se levantó de su asiento y salió corriendo al baño.
Hikaru sintió las ganas de salir corriendo tras de él y abrazarlo hasta que parara de llorar. Pero según él, Keito no quería que se le acercara ni un poco. Aun así estaba muy confundido por la actitud del chico.
Keito llegó al baño y estaba solo, pues era hora de clases todavía. Se puso frente al espejo y observó su rostro por un momento. Sus ojos estaban rojos y llenos de agua, sus mejillas estaban húmedas, habían lágrimas por toda su cara, y debajo de sus ojos habían unas sombras negras producto de su falta de sueño.
Le dieron más ganas de llorar, no por el hecho que se veía horrible, porque era algo que no le importaba, sino porque el chico no le prestaba ni la menor atención. No lo volteaba a ver, solo segundos antes de salir del salón. No podía creer el comportamiento del moreno.
Abrió el grifo del agua y la dejó correr hasta que estuviera un poco más tibia. Cuando sintió la temperatura a su gustó comenzó a mojar su rostro. El agua corría borrándole las lágrimas que había derramado. Sacó un pañuelo de la parte trasera de su pantalón y se secó el rostro.
Se quedó observando el reflejo de su cara en el espejo unos segundos, en verdad no se veía nada bien. Decidió que quería regresar a su casa ya que no se sentía muy cómodo estando allí.
Volvió a su salón y como era cambio de clase no había maestro, así que tomó sus cosas y las puso despreocupadamente en su mochila para después echársela al hombro y salir del salón, pero antes una voz lo detuvo.
“¡Keito! ¿A… a dónde vas…?” preguntó Hikaru temeroso
“A mi casa… no me siento bien…”
Contestó sin voltear a ver al moreno, al salir del salón sintió como nuevas lágrimas se formaban en las comisuras de sus ojos, pero no le importó y siguió caminando dirigido a su casa.
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Ryosuke y Yuto pasaron todo el día juntos. Hicieron comida juntos para después ver una película.
La película termino y ambos chicos estaban al borde del llanto pues la película fue demasiado emotiva.
“¡Awww… que bonita película… Koisora…!” dijo Ryosuke
“Sii…”  Dijo Yuto
De pronto sintió como algo le entró en el ojo y rápidamente trató de sacarlo, era una pestaña, y aunque ya se la había quitado del ojo seguía ardiéndole.
“¡auch! Ryosuke… ¿puedes ayudarme?” Dijo Yuto abriendo lo más que podía su ojo.
“Si, ¿Quieres que le sople a tu ojo?” Preguntó Ryosuke
“Por favor…” dijo Yuto acercándose más a él.
Después de unos cuantos soplidos de Ryosuke, Yuto dejó de sentir ardor.
Ryosuke y Yuto se quedaron viendo fijamente a los ojos, sus rostros estaban demasiado cerca. De nuevo, Yuto miró esos carnosos labios, no se podía resistir. Y como si los labios de Ryosuke tuvieran imán, Yuto comenzó a acortar la distancia entre ellos peligrosamente.
Cuando menos lo pensaron su separación era igual a nada, sus labios estaban completamente unidos. Ryosuke comenzó a besar más apasionadamente a Yuto. Los dos se dejaron llevar, pero de repente, un toquido de la puerta hizo que se separaran bruscamente.
“Este… ¿Quién?” gritó Yuto desde su lugar, unos segundos después se levantó y se dirigió a la puerta “¡Daiki!” gritó Yuto “Pasa…”
“Si. Por cierto, viene alguien conmigo… Inoo ven acá”
Gritó Daiki aun desde la puerta, Yuto caminó de nuevo al lugar donde había estado unos minutos antes besándose con Ryosuke.
Ryosuke repasó mentalmente el nombre que acababa de pronunciar Daiki ‘Inoo’… pero no pensó en nada grave pues, Inoo es un nombre normal, cualquier persona se puede llamar así.
“¡OOOOH!” Gritó Inoo
Ryosuke no lo podía creer, tenía que tener algún tipo de maldición para que de una u otra manera no pudiera hacer su nueva vida como él quería. Le lanzó una mirada matadora a Inoo y después sin que nadie se diera cuenta le hizo una señal de que no hablara. Pero su gran ventaja, fue que Kei estaba demasiado sorprendido como para hablar.
“Este es el chico al que estuve cuidando en el hospital…” dijo Yuto
“¿Lo conoces?…” le preguntó a Kei
“Si, nos vimos una vez en el hospital, el chico que se equivocó de cuarto de cuarto ¿recuerdas?” contestó antes que Kei y dijo esto último mirando a Yuto.
“¡Oh, si… ya recuerdo!”
“Aah… ¿cuándo ibas a visitar al hermano de tu amigo?” preguntó Daiki
“S… si…” contestó Kei inseguramente lanzándole una mirada rápida a Ryosuke, casi preguntándole si estaba bien que contestara.
“Ooh… que pequeño es el mundo…” Dijo Daiki
“Si…” contestó Yuto con una sonrisa
“Bueno, yo soy Ryosuke…” le dijo a los otros dos chicos haciendo una reverencia.
“Arioka Daiki, primo de Yuto” hizo una reverencia.
“Inoo Kei…” dijo haciendo una reverencia.
“Siéntense…” dijo Yuto sentándose a un lado de Ryosuke, mientras los otros 2 chicos se sentaron justo en frente de ellos “¿Es tu amigo?…” preguntó Yuto a su primo.
“Este…” Daiki volteo a ver a Inoo quien le asintió levemente indicándole que podía decirlo “Pues… digamos que estábamos viendo si funcionamos como pareja…” dijo con un brillo en sus ojos.
“…” Ryosuke clavó la mirada en Inoo, pues hasta donde él sabía, el chico había estado desde SIEMPRE enamorado de su hermano, aunque, supuso que Inoo se había cansado de su hermano o algo así.
“¡Ooh! Pues felicidades!” dijo Yuto feliz.
“Y… ¿Ustedes están saliendo?” Preguntó Daiki
“¡NO!” Contestaron ambos al unisón haciendo que el primo de Yuto se espantara.
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Takaki se bajó del taxi y se quedó mirando su casa desde la media calle, estaba muy feliz de haber vuelto a su hogar.
Caminó lentamente a la puerta, dejó sus maletas en el piso y buscó en sus bolsillos la llave. Después de que la encontró abrió su casa.
Se veía como la había dejado la última vez, claro, ni siquiera se molestó en llamar a alguien para que limpiara su casa, así que lo tenía que hacer después. Vio unos cuantos papeles que había dejado tirados en el suelo antes de irse.
Tomó las maletas y las dejó adentro de su casa, cuando se volteó para cerrar la puerta sus ojos se hicieron super grandes.
“Ya…yabu…” dijo Takaki sorprendido
“Takaki…”
“¿Qué haces aquí?” el chico estaba sorprendido y emocionado a la vez, una de las personas que más anhelaba ver estaba justo frente a sus ojos.
“Vine porque…”
Yabu no encontró algún pretexto que le pudiera haber dado al menor, así que decidió que era mejor actuar que pensar.
Entró a la casa sin siquiera pedir permiso, cerró la puerta detrás de él y rápidamente se puso frente a Takaki y puso sus labios sobre los del otro chico.
El menor ni siquiera pudo cerrar los ojos de la sorpresa. Trató de zafarse hasta que lo logró.
“¡No Yabu!” Takaki cubrió su boca con su mano, no podía creer que lo había besado.
“Yo…” Yabu no podía hablar, pero siguió con su plan inicial, actuar en vez de pensar.
Así que volvió a tomar al chico a la fuerza y lo besó, esta vez, aplicando más fuerza para que este no se zafara.
Takaki seguía impactado, pero después de que se dio cuenta que Yabu no se daría por vencido, decidió rendirse él y dejarse llevar.
Respondió el beso con la misma ternura que Yabu lo hacía. Comenzó a acariciar el rostro del mayor cariñosamente. Yabu abrazó más fuerte a Takaki haciendo que sus cuerpos quedaran aun más juntos, y después comenzó a acariciar dulcemente la espalda del menor.
Tenían mucho tiempo de no sentir el cuerpo del otro, y ambos lo deseaban con muchas ganas, así que decidieron tomarse todo el tiempo que fuera necesario para decirse entre caricias lo mucho que se habían extrañado el uno al otro.
Yabu tomó a Takaki entre sus brazos y lenta y cuidadosamente subió las escaleras. Conocía la casa como la palma de su mano, desde que conoció a Takaki vivía allí, así que no había problema para el de recorrer la casa con los ojos cerrados.
Torpemente encontró la habitación del menor, abrió la puerta y, pisando un montón de cosas que estaban tiradas en el suelo, llegó hasta la cama donde dejó caer a Takaki lentamente.
Separaron sus labios y quitaron unas cuantas cosas que estorbaban en la cama para seguir donde se habían quedado.
De nuevo volvieron a unir sus labios y a regalarse carisias, que probablemente para mucha gente solo eran eso, carisias, pero para ellos en ese momento significaban muchas preguntas y muchas respuestas.
Yabu dejó de besar los labios de Takaki por un momento para dedicarse a devorar el cuello del menor, aquel cuello que era tan conocido y desconocido para él.
Besó cada parte, sin saltarse ninguna. Era algo que estaba deseando hacer desde hace mucho tiempo, el cuerpo de Takaki era como una droga para Yabu, cuando comenzaba no podía parar.
Lentamente comenzó a levantar la playera del menor. Bajó sus labios hasta el estomago del chico y comenzó a besarlo tiernamente. Unos segundos después, Takaki estaba sin camiseta.
Después Takaki bajó sus manos para retirar la playera del otro chico.
Comenzaron a besar sus cuerpos como si fuera la primera vez que lo hacían, con la pasión que sintieron la primera vez. Todo este tiempo separados les había hecho comprender lo mucho que se necesitaban el uno al otro.
No había palabras en ese momento, ninguno de los dos se hablaba. Y no era porque estuvieran teniendo relaciones sexuales como si fueran dos completos extraños, sino porque en ese momento no se necesitaban palabras, en ese momento necesitaban muestras de cariño, necesitaban sentir todo lo que el otro sentía, las palabras estaban de sobra, con un solo beso sabían lo que el otro preguntaba, con un solo roce sabían lo que el otro quería responder.
El único sonido que había en la habitación era el de dos personas que se amaban y que habían estado separadas por mucho tiempo, el sonido de los besos torpe y apasionadamente compartidos, el sonido de placer de ambos, el sonido de necesidad…
Cuando menos lo pensaron los dos estaban completamente desnudos. Yabu llevó sus labios a los del menor nuevamente, besándolo lentamente. Bajó su mano hasta la entrepierna de Takaki, tomando su miembro lentamente. Takaki dejó escapar un pequeño gemido al sentir la cálida mano del mayor en su hombría. Yabu comenzó a masajear al chico lentamente, dejando que el cuerpo entero de Takaki se electrizara de tanto placer.
Cuando sintió un poco de pre-semen del menor en su mano lo dejó de masajear, recibiendo un sonido de disgusto del otro.
El mayor se sentó en la cama y después hizo que el menor se sentara sobre sus piernas. Llevó un dedo hasta la entrada del menor introduciéndolo lentamente. Takaki aferró sus manos fuertemente a los hombros de Yabu.
Yabu comenzó a mover su dedo despacio para después agregar otro. Cuando Takaki quedó lo bastante dilatado para no lastimarse, Yabu retiró sus dedos y lentamente dejó caer el cuerpo de Takaki en su miembro.
Las casi inexistentes uñas del menor se encajaron en la piel del mayor al sentir esa dolorosa pero placentera invasión en su cuerpo.
Después de unos cuantos segundos, Yabu comenzó a mover sus caderas rítmicamente para no lastimar mucho a Takaki.
Gemidos de ambos se escuchaban por toda la habitación. La temperatura se había elevado demasiado. Yabu comenzó a acelerar sus movimientos golpeando el fondo de Takaki una y otra vez haciendo que este gritara con cada movimiento.
Yabu puso sus labios sobre el cuello del menor y comenzó a besarlo ferozmente, después, llevó su mano hasta el miembro de Takaki y comenzó a masajearlo para venirse junto con él.
Después de unos cuantos movimientos más, ambos se descargaron y gimieron el nombre del otro escandalosamente.
Yabu se dejó caer en la cama con Takaki sobre de él.
Pasaron los minutos y ninguno de los dos dijo nada.
Yabu tomó su playera y comenzó a limpiar el cuerpo de él y el de Takaki para después dejarla caer de nuevo al suelo.
El frio golpeó el cuerpo de Takaki haciendo que este se estremeciera. Yabu, sin soltar al chico, tomó el cobertor que estaba sobre la cama y  cubrió sus cuerpos, abrazando más fuerte a Takaki para que se le quitara el frio.
El menor puso su rostro en el cuello de Yabu para poder respirar toda su esencia.
“…Yabu, gracias…” dijo Takaki con la voz entre cortada, dejando que una lágrima callera furiosa por su mejilla.
“No hay nada que agradecer…” contestó acariciando el cabello del menor y pegándolo más a su cuerpo.
“Te… te había extrañado mucho y te… te amo…” dijo con todo su corazón
“Yo también te había extrañado y te amo… mucho, pero no te dejaré ir de nuevo…” contestó con la misma sinceridad, para después, darle un pequeño beso en los labios.
Ambos se quedaron compartiendo del calor que desprendían sus cuerpos hasta que se quedaron completamente dormidos.

Fin Capitulo 8

`my birthday gif [cap 1]


“¿¡A dónde me llevan!?” Dijo Ryutaro asustado
“A un lugar especial…” Contestó Takaki riendo
Era el cumpleaños número 15 de Ryutaro. Él, es un niño demasiado maduro para su edad, por eso, la mayoría de sus amigos era 2 o 3 años mayores que el, pero aun así él siempre es el más maduro de todos. Nunca ha tenido pareja, aunque todos saben sus preferencias sexuales, siempre ha dicho que eso de tener novio era una bobería. A diferencia de todos sus amigos, Ryutaro es sexualmente inactivo, es decir, todavía es Virgen. Así que para su cumpleaños número 15, sus amigos Takaki y Daiki, le dan un regalo un poco inusual.
“Ya llegamos…” dijo Daiki
Ryutaro tenía los ojos vendados, de pronto sintió que lo sentar en una silla, segundos después sintió como ataron sus manos.
“¡HEY! ¡YA DEJENME IR!” Gritó Ryutaro desesperado “¿¡QUÉ CLASE DE AMIGOS SON!?” los nudos eran muchísimo más fuertes que el.
“¡Ya Ryutaro!… Deja de lloriquear!… pronto llegará tu regalo…” le dijo Takaki, después le quitó la venda de los ojos “Hasta luego…”
Takaki y Daiki salieron del cuarto con una sonrisa en sus rostros. La habitación era completamente desconocida para él. Era un cuarto más o menos grande, blanco y con poca luz, una gran cama en medio de la habitación, enseguida había una mesa con un montón de cosas extrañas que Ryutaro no quería imaginar siquiera para que los usaban y por último estaba la silla donde se encontraba el sentado que estaba en una esquina de la habitación.
Pasaron un par de minutos hasta que de pronto se abrió la puerta. Un chico, un poco más bajito que él entró, llevaba solamente una camiseta larga de color blanco que le llegaba hasta un poco arriba de las rodillas. Ryutaro tragó un gran bocado de saliva pues estaba asustado de lo que podía pasar.
“¿Qui… quién eres…?” preguntó asustado
“Soy… soy tu regalo de cumpleaños… aunque solo me tendrás por esta noche así que disfrútame…” dijo pícaramente
“¿¡De qué demonios hablas?!… De seguro esto es una tonta idea de Takaki y Daiki… imbéciles…”
“Huy… veo que alguien se enoja con facilidad…” comenzó a acercarse lentamente a Ryutaro
“¡Cállate… y ayúdame a quitarme esto…” sus mejillas se entintaron de rosa al ver lo provocativo que era el chico, aun así, debía tratar de que sus hormonas no le ganaran
“Con gusto…” una malévola sonrisa pintó su rostro
Se acercó a Ryutaro para después sentarse en sus piernas, agachó su cuerpo y comenzó a desatar los nudos.
“Oy… oye… puedes… ¿puedes bajarte de mis piernas?”
“Mou… ¿por qué?… me gusta sentarme en las piernas de la gente”
Su rostro parecía la de un niño pequeño en busca de su juguete perdido, Ryutaro decidió callarse y dejar que el chico lo terminara de desamarrar pues, empezaba a perder el control de su cuerpo.
El chico movió su cuerpo, masajeando el miembro del cumpleañero, haciendo que este ahogara un gemido.
“Umm… veo que alguien tiene un problema allí abajo… creo que necesita ayuda…”
El chico bajó sus manos hasta el borde del pantalón y comenzó a desabrocharlo. Ryutaro se quedó helado, su cuerpo estaba respondiendo a las caricias del chico, comenzó a ahogar gemidos, Hasta que regresó en sí y se dio cuenta de lo que estaba pasando.
“¡No! ¡Detente!”
Las cuerdas que ataban sus manos se terminaron de abrir, se levantó de la silla, prácticamente tirando al suelo al pequeño. Acomodó su pantalón que previamente había sido desabrochado. Le ofreció su mano al chico para ayudarlo a levantarse del piso. Este lo ignoró y se reincorporó por si solo.
“Lo… lo siento yo…” Trató de hablar Ryutaro pero lo interrumpió el chico
“Olvídalo… ¿No piensas hacer nada conmigo?” dijo un poco molesto
“¿Qué?… No…” contestó un poco confuso
“Pues piensa que le vas a decir a tus amigos… pues me dijeron que no te dejara salir de aquí hasta que ya no fueras virgen…”
“¿¡Qué!?… Esos desgraciados…”
El chico que rió y caminó hasta la cama para sentarse allí.
“Así que te llamas Ryutaro…” dijo
“Si… ¿Tú nombre…?” Preguntó
“Yuri… Chinen Yuri…” contestó con una sonrisa “Bueno… lo siento pero … tengo un problema aquí abajo así que…”
Ni siquiera dejó que Ryutaro contestara. Retiró de su cuerpo la delgada prenda que lo cubría, quedando completamente desnudo. Ryutaro se asombró al ver el cuerpo del chico. El miembro de Yuri estaba medio despierto, este lo tomó entre sus manos y comenzó a masajearlo.
Primero los movimientos eran lentos, pequeños gemidos comenzaron a salir de la boca del menor, haciendo que el cuerpo de Ryutaro se despertara.
Comenzó a acelerar sus movimientos, gimiendo más y más fuerte. Miró fijamente a Ryutaro.
“Ryu…Chan…” gimió para después descargar toda su semilla
Su respiración era entrecortada, pequeñas gotas de sudor caían con su rostro.
Ryutaro estaba anonadado, su cuerpo se había despertado completamente. Tragó saliva y caminó hasta la puerta.
“¡Espera!…” gritó Yuri haciendo que el chico no saliera de la habitación “Gracias…”
“¿Por qué?…” Preguntó Ryutaro
“Por no ser como los demás…”
Yuri le regaló una débil sonrisa, Ryutaro se la contestó y salió de la habitación.
Ambos chicos sabían que no sería la última vez que se vieran.
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Ya casi iniciaban las clases, y de camino a la escuela se encontró con su amigo Takaki.
“¡Ryutaro! ¿Cómo te fue anoche?” Le preguntó Takaki pícaramente a su joven amigo
“Bien…” contestó vagamente
“¿Y cómo te fue con Yuri?… Me lo recomendaron, dicen que es el mejor”
“Mmmm… no lo sé…”
“¿¡CÓMO QUE NO LO SABES!? … ¿A caso no hiciste… nada con él?”
“No…”
“¿¡EEEH!? ¿Por qué?”
“Porque no quiero…”
“Pero Ryutaro…”
“Takaki, te pido de favor que no te metas en mis asuntos, mucho menos en lo que respecta a mi vida sexual… así que si me disculpas…” Ryutaro caminó dejando solo a su amigo, de pronto se detuvo y volteo a ver a su sorprendido amigo “Y te pido de favor… que no trates a Yuri como si fuera un juguete…” dijo esto último con un dejo de enojo
“… Ahora… ¿Qué le pasa a este?” dijo a nadie en particular
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“Bueno chicos… vamos a comenzar la clase…” dijo la maestra, que después de interrumpida por una serie de toquidos en la puerta, se acercó a ella y la abrió.
“Buenos días profesora, aquí le traigo al chico que se acaba de transferir…” dijo amablemente la secretaria de la escuela
“Oh claro, pasa por favor…” le dijo al chico mientras tomaba el papel de transferencia del chico.
Los ojos de Ryutaro se abrieron como platos al ver al chico que entró al salón. Sin lugar a dudas era el chico de anoche, no podía olvidar esa cara.
“Por favor, preséntate…” le dijo amablemente la maestra
“Etto… Konishiwa Chinen Yuri desu, Yoroshikuonegaishimasu…” dijo amablemente con una gran sonrisa en su rostro y haciendo una reverencia.
“Este… por favor, Yamashita-Kun, muevete al mesa banco de atrás y dale tu asiento a Chinen-Kun, ya que es un poco más bajito que tu…” dijo amablemente, el alumno hizo lo que le indicó la maestra.
Yuri se dirigió sonriente a su nuevo asiento, se sentó y volteó a su lado derecho a ver a su compañero, se sorprendió al ver al chico.
“Ryu…Ryutaro…” dijo sorprendido
“¿Eh? ¿Morimoto-Kun, ya conoces a Chinen-Kun?” Preguntó la maestra
“Pues… algo así…” contestó un poco inseguro
“Ah pues, entonces ayúdalo si necesita algo ¿si?”
“Claro…” contestó dibujando una sonrisa
La primera hora pasó normal, era ciencias sociales así que lo que tenían que hacer era simplemente escuchar a la maestra.
“¡Arggh~! Por fin se terminó la primera hora…” dijo Yuri estirando sus brazos
“Si… oye… ¿qué haces aquí?” Preguntó Ryutaro
“Supongo que lo mismo que tú… venir a la escuela…”
“No pero, me refiero a… ¿por qué te cambiaste a esta escuela?…”
“Oh, eso…” hizo una pequeña pausa y respiró profundo “Bueno pues, para que te oculto las cosas si ya sabes a que me dedico… pues, digamos que cada cierto tiempo me tengo que cambiar de escuela…”
“Por… ¿Por tu trabajo?” preguntó Ryutaro
“Algo así… más que nada porque… siempre hay alguien que se obsesiona conmigo y tengo que huir de él… hacía mucho tiempo que no me pasaba, hasta hace poco, así que sin pensarlo dos veces me cambié de escuela…” Ryutaro se quedó procesando las palabras del chico “Y ahora que me doy cuenta que estás en esta escuela… me doy cuenta que el camino me puso aquí para…” Se acercó al oído de Ryutaro “… lograr hacerte mío…” dijo pícaramente
“¡Ya basta!” despegó de su cuerpo a Yuri, sus mejillas estaba rojas de vergüenza “¡Nunca lo lograrás!” dijo actuando estar molesto
Los dos chicos comenzaron a reírse, sabían que era su destino estar juntos.

Fin capitulo 1