Holaa!!!! Aquí ichigo…
Como están chicas?
Yop bien aquí en mi quito mes de embarazo
Waaa solo faltan 4 meses y ya tendré a mi bodoke en mis brazos.
** se emociona toda**
Pues como notaran andaba ausente pero
Esto de ser oka-san no me da tiempo de mucho jajajajaj
Bueno hoy como bien, sabrán no podia faltar a poner algo
En honor del cumple numero 18 de mi koso neeee?
Ahora bien solo hice este videito espero les guste
Por hoy es todo cuídense y festejen a gordo abrazándolo y viólenlo hahah OK no
lunes, 9 de mayo de 2011
amame [ cap 8 ]
El olor a tierra mojada entra desde fuera, ese peculiar aroma inunda mis pulmones y es como una renovación interna, este ambiente húmedo es el que mas gusta y puedo disfrutar por horas mirar por la ventana.
Hubiera querido permanecer más tiempo a tu lado, sentir ese calor que irradia tu cuerpo, esa piel suave y dulce, pero la mañana había llegado y con ella tu debiste partir. Aun puedo recordar cada caricia tuya sobre mi cuerpo cada roce de labios y quisiera saber que fue lo que cambio en ti.
Me siento sobre la cama y alargando mi mano tomo una almohada abrazándola contra mi cuerpo imaginado que eres tú, Me recuesto nuevamente y comienzo a rodarme por toda la cama, estoy feliz, ni en mis mas locos sueños me hubiera imaginado esta noche, fue muy especial, bueno para mi lo fue no se si lo fue para ti, pero quiero pensar que si.
Me levanto con pesadez pues ya es tarde y los golpes insistentes de las mucamas ya son más de enojo que de otra cosa. Camino por la habitación reconociéndola pues ahora que lo pienso es la primera vez que estoy por tanto tiempo dentro. Por lo general nada mas entraba unos minutos y luego salía sin siquiera dar un vistazo. Y pues ahora es mi oportunidad de conocer tus secretos.
La recamara esta bien ordenada, todo esta donde debe ir, una parte es por las mucamas que asean todos los días y otra es que eres muy ordenado. Deslizo mis dedos por encima del tocar y me detengo admirando los frascos de fragancias que hay, adoro las esencias que usas porque tienen un toque delicado y seductor y eso me encanta. Desvió mis pasos y llego a la mesita de noche y por curiosidad abro uno de los cajones ¿que busco? No lo se, solo es… que quiero saber mas de ti pues aunque parezca increíble aun estando contigo durante ya casi dos años aun eres un misterio para mi.
No hay gran cosa, solo hay documentos, algo de dinero entre otras. Sigo escudriñando hasta el fondo del cajón y descubro un sobre viejo y gastado, lo arrastro hasta quedar mas visible y me lo quedo contemplando un momento, la curiosidad es mi lamentable debilidad, miro en todas direcciones para ver si nadie me ve y cogiendo aquel pedazo de papel como si de una bomba se tratase lo abro delicadamente. Lo que encuentro es un poco vergonzoso, son fotos de los dos en situaciones muy comprometedoras por así decirlo, no se cuando, ni porque, pero de lo si estoy seguro es de donde estábamos cuando fueron tomadas esas indiscretas fotos. Por lo maltratadas que se encuentran puedo deducir que las has observado por largo y tendido tiempo y siento una mezcla entre vergüenza y alegría pues al estar en ese estado quiere decir que las has mirado muchas veces.
Los golpes de las mucamas sobre la puerta hacen que brinque del susto, así que de inmediato vuelvo a meter las fotos dentro del sobre y por consiguiente dentro del cajón, ya tendría alguna oportunidad de hablar contigo respecto a esas fotos. Pero por ahora lo primordial es salir de ahí antes de que sea asesinado por ellas.
Abro la puerta y los ojos amenazadores de las chicas hacen que se me erice la piel, camino pegado a la pared alejándome de ellas, mientras me siguen con la mirada llego a mi habitación y ahora que la observo con más detenimiento puedo notar que has cambiado no solo el colchón si no toda la cama. Me quedo contemplando mi nueva adquisición hasta que recuerdo a sho, debe de estar preocupado por mi, además de que le debo una disculpa por haber provocado la riña. Y sobre todo por el hecho de que fue agredido por ti. Me baño, me cambio y salgo decidido a disculparme apropiadamente. Estoy a punto de llegar al enrejado cuando de dentro va saliendo un lujoso vehículo que se detiene justo enfrente de mí. Me quedo parado contemplando mi reflejo en ese bien pulido auto y de pronto la ventanilla comienza a bajar.
- ¡Sho!- exclamo sorprendido sonriéndote ampliamente, siempre me provocas esa sensación de calidez. Al verme de de inmediato te bajas y no dándome tiempo a nada me abrazas con mucha fuerza, como si estuvieras muy contento por verme.
- Me alegro que estés bien- me dices sonriendo, aun abrazándome eso me incomoda un poco.
- Disculpa por preocuparte, no quise causarte problemas, es solo que…-
- Dejemos el pasado atrás, lo importante es que estas bien-
- Si, gracias por preocuparte.
- Debemos irnos- exclama el hombre que va dentro contigo.
- Quieres acompañarnos, es solo una pequeña junta pero si vas tendré una escusa para poder librarme de ellos más rápido-
Sonrió ante tu comentario y de buena gana acepto. Quiero despejarme un rato de ese enclaustramiento.
Subimos al automóvil y el tipo que va dentro no hace más que mirarme insistentemente y eso me incomoda un poco.
Llegamos a aquel lugar y me pides que espere en la estancia. Te adentras con un mar de gente a una amplia sala y te encierras por un largo tiempo, mientras estas ocupado me distraigo paseando por el edifico, el tiempo se me hace muy rápido pues ya ha pasado casi hora y media y para mi parecen solo minutos, la gente que anteriormente había entrado a la junta ahora salen mostrando caras de satisfacción.
- Ahora si vámonos- me dices tomándome por el brazo.
- ¿Y? ¿a donde vamos?-
- Quiero llevarte a un restaurante –
- ¡Oh!, pero no tengo hambre- te miento pues me da pena que te tomes ese tipo de molestia, pero mi estomago no opina lo mismo y comienza a gritar por comida.
- ¿Decías?- sonríes con ese peculiar gesto.
Me sonrojo como un tomate y no puedo seguir mintiendo pues he sido traicionada por mi propio estomago.
El día a sido de lo mas agradable, la comida exquisita y la compañía a un mejor, hemos platicado de infinidad de cosas y me siento muy tranquilo, sin preocupaciones.
- A donde mas quieres ir- me dices después de haber pagado la cuenta.
- Mmm no lo se, a algún lugar tranquilo, solitario- me miras con una interrogación en el rostro, y ante aquello me suben los colores al rostro.
- No quise decir….. no pensé en eso-
Tu sonora carcajada hace que el corazón me salte del susto…
- No te preocupes sabia que no te referías a eso, puesto que ya tienes dueño-
- ¿dueño?- arqueo mis cejas ante el comentario
- Si, inoo o me equivoco- me dices recargándote en el respaldo.
- El no es mi dueño-
- ¿A no?- preguntas incorporándote
- No, él es la persona que amo- regresas a tu posición y afianzas el vaso de té que tienes en frente.
- ¿Y?, el te ama o tan siquiera te quiere- me sorprendo por la pregunta.
- Ehh…. Claro … que si, no entiendo a que viene tu pregunta- respondo un poco enojado
- Lo dudaste, no estas seguro – Desvío la mirada intentando refugiarme en alguna otra cosa menos en ti-
- No quise incomodarte, es solo que…. No nada olvídalo-
Salimos de aquel lugar sin decir ninguna palabra, el ambiente poco a poco se volvió tenso y no sabia como iniciar otra conversación.
- ¿Daiki?- al escuchar mi nombre me giro para ver quien es el que me habla, no sabría decir que fue lo que sentí al verte después de tanto tiempo, eres igual a como te cuerdo.
- ¡Hola!- es lo único que atino a decir
- ¿Como has estado?-
- Bien- mis respuestas son cortas
- Por fin dejaste a inoo- dices mirando hacia sho y luego hacia mi
- Como si te interesara- hay un cierto tono de odio en mi voz.
- Pues me alegro que lo dejaras, no era lo mejor para ti-
- ¿Y tu que puedes saber?, no lo conoces-
- Porque lo conozco se de lo que te hablo-
- Pues estas muy equivocado, ni el es mi pareja, ni eh dejado a inoo, que creo que vale mas como persona que tu-
- De verdad lo crees, bueno han de ser iguales por eso sigues con el, por eso me cambiaste-
- Bueno y a ti que, a que bien esta actitud si fuiste tu el que me dejo- tus ojos se abrieron mas de lo normal como si no pudieres creer lo que estaba diciendo.
- ¿¡¡Que yo te deje!!?,¡estas escuchando lo que dices!-
- Se lo que estoy diciendo, y me dolió mucho cuando te fuiste sin decir nada-
Sho solo nos miraba de uno a otro, intentando entender lo que estaba pasando en esos momentos, pero no tenia tiempo de explicarle debía de arreglar las cosas con él de una vez por todas pues necesitaba decirle unas cuantas verdades.
- De verdad que eres hipócrita. Para que te iba a decir algo, cuando fuiste tú quien me traiciono, que había que decir-
Me quede helado al escuchar eso.
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Recuerdo muy bien ese único día en que fui infiel, fue un momento de debilidad del cual hasta este momento no me arrepiento.
Por fin des pues de mucho esperar y batallar había logrado que el se fijara en mi y mucho mas agradable fue cuando me acepto como su pareja, estaba eufórico y alegre que no dude en regresar a casa a gritarte mi felicidad.
- Inoo – grite abalanzando sobre de ti, me recibiste con una sonrisa cálida en el rostro-
- Ya somos novios-volví a gritar pero tu expresión de inmediato se volvió sombría.- no estas contento por mi-
- Claro que si- fingiste una sonrisa y poco después te alejaste sin decir nada más, pero no te tome importancia.
Los días habían transcurrido rápido, estaba verdaderamente enamorado y prueba de ello era que no había permitido que me volvieras a tocar desde ese día, podía notar tu disgusto pero no me importaba pues era mi felicidad lo primordial y tú pasabas a segundo plano aunque por dentro mi cuerpo dijera otra cosa.
Recuerdo muy bien tu rostro inexpresivo el día en que te dije que me iría de tu casa, pues él me había propuesto vivir juntos y yo había aceptado.
Esa noche habías entrado a mi habitación furtivamente para hacerme el amor, pero estaba renuente, no podía arriesgar mi relación solo por la calentura.
- Una vez mas – me pediste casi en una suplica, pero estaba entre lo que dictaba mi corazón y lo que pedía mi cuerpo, no sabia que hacer, así que lentamente comenzaste a acercarte a mí seductoramente con esos ojos que parecían hipnotizarme.
Me recostaste sobre la cama dándome apasionados besos bajo el mentón. Quería resistirme a ti pero esas caricias me estaban volviendo loco, hasta que recordé su rostro que fue que lo dije sin pensar-
- Me ha pedido vivir juntos –dije de repente deteniendo tu mano que se había encaminado sobre la tela del pantalón.
Tu rostro se había tensado y ninguna expresión se vislumbraba en el.
- Eh aceptado su propuesta y el sábado me iré con el- te dije apartándote a un lado para levantarme.
- Es definitivo- hablaste aun sin ninguna expresión-
- Si- te conteste tajantemente- perdona todas las molestias que te cause-
Solo negaste con la cabeza- te deseó lo mejor –y saliste de mi habitación
Me sentí realmente culpable, me habías brindado tu casa y me iría a si sin más. Pero que se puede hacer si el amor es así.
Al siguiente día ya había avanzado con el arreglo de mis pertenencias, sentía un poco de nostalgia pues llevaba viviendo en tu casa ya casi seis meses, seis maravillosos meses y de verdad te extrañaría.
Mis pensamientos habían sido interrumpidos por los toquidos de una de las sirvientas, abrí la puerta y me dijo que me esperabas en tu habitación, la curiosidad me gano así que de inmediato fui.
- Inoo-kun, puedo pasar - fue lo primero que dije al llamar a la puerta.
- Pasa- gritaste desde dentro y yo muy obediente entre de inmediato, la habitación estaba con una iluminación tenue lo que incitaba a algo romántico, al darme cuenta retrocedí unos pasos pero tus manos me abrazaron por la espalda impidiéndome salir de ahí.
- Una última noche, una noche más- me dijiste con tono suplicante, mezclado con sensualidad y mi piel desde la nuca hasta el dedo más chiquito se erizo al sentir tu respiración sobre mi nuca.
- No puedo – dije con la voz entrecortada al sentir tu lengua lamer mi lóbulo derecho.
- No puedo hacerlo- te repetí.
- Pero tu cuerpo dice otra cosa- deslizaste tus manos por encima de la ropa hasta llegar a mi rostro y ahí ingresaste un dedo en mi boca.
Tenias razón mi cuerpo pedía a gritos que lo tomaras, sentía temblar las piernas de la emoción de tenerte tan cerca, gotas de sudor frio se dibujaron en mi pecho y frente, mi respiración se volvió irregular y gemí tu nombre al sentir tu piel sobre la mía.
Pudo mas mi deseó que mi amor pues girándome para tenerte enfrente me apodere de esos labios rosas como la flor del cerezo, chupándolos y mordiéndolos hasta saciar mi sed de ese néctar que me hacia falta desde ya hace varios días.
Correspondiste de igual manera a mi frenesí de besos, estabas tan ansioso como yo de este encuentro.
Al mirarte bien me di cuenta de que estabas completamente desnudo y eso me hizo enfadar un poco pues sabias de antemano que caerían en tus redes, pero todo pensamiento desapareció cuando tu mano se deslizo por mi espalda hasta perderse dentro del pantalón.
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Ese día fue la primera y la ultima que engañe a alguien.
El recuerdo vino a mí a mente tan rápido, que en un par de pestañeos ya había recordado todo y el enojo y la rabia volvieron a crecer.
- Pues si lo hice y me alegro de haberlo hecho, que me podría esperar de ti. No me diste la oportunidad de explicarte.
- ¡que mas podías explicar si las fotos eran contundentes!- de nueva cuenta me quede sin habla
- ¿fotos?, cuales fotos? –
- Las que me envió tu novio, ahí no era necesario que me explicaras algo, pues mostrabas cuanto me querías-
Me quede en shock, al recordar las fotos que había visto en la mañana y otro sentimiento que no sabría como describir estaba latiendo en mi interior.
- ¿Como eran las fotos?- tal vez la pregunta sonara absurda hasta morbosa, pero necesitaba saber si lo que mi mente estaba pensando era cierto y, la única forma era que me dijeras esos detalles-
- Eres un depravado, que es lo que quieres saber, quieres que te diga las posiciones o los gestos de placer que tenias-
- No sigas- susurre con las lagrimas brotando por mis ojos.
- Lo sabia- dijiste con tono de compasión- sabia que no tenias idea de la existencia de esas fotos- asentí con la cabeza-
- Lo siento yo no…- dije tapándome la cara por la vergüenza.
- Discúlpame, ahora que te veo entiendo muchas cosas, no eres mas que una victima de el egoísmo de inoo y, me arrepiento de no haberte pedido una explicación, pero los celos y el dolor me cegaron que no vi mas allá de mi.
- No hay mas que decir- conteste – debo irme.
- Daiki- me dices al tiempo que me tomas del brazo- discúlpame no sabia que realmente lo amabas, tal vez hubiera sido preferible que siguieras en el engaño.
Esas palabras desgarraron por completo mi corazón, quería gritar, quería golpear a alguien, quería que alguien me gritara y dijera lo estúpido que fui al estar tan ciego y no darme cuenta o mejor dicho no querer darme cuenta de tu verdadera cara. Pero toda mi furia y frustración serian descargada en contra de una sola persona…y esa persona eres tú.
- “Inoo kei”-
"Terminó la confianza, hay una gran decepción y pronto morirá el amor…" (Delia)
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