sábado, 9 de abril de 2011

amame [ cap 7 ]

Capitulo 7 Sonreí contento pues ese placer que me habías dado lo volvería a sentir y sin ningún compromiso. - Sin ningún tipo de compromiso- valla que tontería, tu seguiste al pie de la letra nuestro convenio pero “yo”, yo no lo hice y me enamore de ti como un loco. Mis ojos pesan como si alguien me los estuviera oprimiendo y aunque los eh abierto no veo más que obscuridad a mí alrededor, será mi conciencia que me traiciona o es que mi mente me juega una mala pasada, busco a tientas el borde de la cama y cuando estoy a punto de bajarme escucho el crujir de una puerta e instintivamente volteo hacia aquel lugar y aunque se que no veo nada sigo el recorrido de esos pasos que se detienen justo enfrente de mí. - Estas mejor- te escucho hablar y mi corazón salta de emoción con tan solo oír tu voz, intento mirarte pero me es imposible y por mas que lo intente no te veo. Por la frustración me llevo las manos a la cara y ahí lo siento, de verdad que no me di cuenta que tengo una venda en los ojos y de inmediato intento despojarme de aquella prenda que me estorba pero tu me frenas tomándome de las manos y bajándolas hasta mi regazo. - ¿Que pasa?- te pregunto asustado queriendo y no queriendo escuchar tu respuesta. – porque tengo esto – digo ya con la voz mas desesperada llevándome de nuevo las manos a la cara. - Tranquilo- me dices volviendo a tomarlas acariciando mi cabello. No se que pensar, esa actitud tuya es muy rara y el pánico se apodera de mí, tu no eres así, no eres cariñoso ni comprensivo , así que lo único que me queda pensar es que hay algo malo con mis ojos y que lo único que haces es tenerme lastima, así que empujándote y a tientas me abro paso por entre el edredón buscando el borde de la cama pero me fallan los cálculos y si antes mi cabeza estaba sobre una suave superficie ahora estaba estampada sobre la alfombra , escucho tus pasos apresurados acercarse a mí y al momentos gritas que traigan al doctor, intento levantarme pero me tiemblan las piernas y cuando al fin lo logro de verdad que no se en donde estoy, tus manos rodean mi cintura llevando nuevamente hacia la cama pero opongo resistencia, de verdad que no quiero necesito respuestas pues el miedo me esta carcomiendo, forcejeamos un poco hasta que tu caes sobre de mi en la cama, puedo sentir el calor de tu cuerpo sobre el mío y tu respiración sobre rostro. - No hagas esfuerzos, eso no te hará bien- me dices colocando tu cabeza en mi pecho abrazándome. Estoy asustado, aturdido pero mas nervioso por tenerte tan cerca, mi corazón comienza a latir descontrolado y se que lo has notado. separas tu rostro de mi pecho y poco a poco ese calor que me envolvía desaparece. - Pronto llegara el medico- me dices y yo sigo el sonido de tu voz. - ¿A dónde vas?- te pregunto, sintiéndome solo en esta obscuridad que me aturde. - No hagas nada estúpido- son tus ultimas palabras antes de escuchar el golpe de la puerta. Me quedo sentado al borde, poco a poco comienzo a deslizar las vendas por mi rostro, la opresión va desapareciendo con forme voy desenredando el vendaje. - Parece que ya me ayudaste con las vendas- alguien en la puerta habla y brinco del susto parándome de inmediato. - ¿Quién es? - - El medico- dice aquel sujeto y por su voz es una persona de edad avanzada, escucho como se va acercando y a tientas vuelvo a tomar asiento, parezco niño regañado pues junto mis manos y las coloco en mi regazo aguardando a que el medico haga lo suyo. - Cree que pueda ver- pregunto nervioso, sintiendo las manos del doctor moverse por mi cabeza. - ¿ver?, claro que si- me dice en tono despreocupado y acto seguido termina de quitar el vendaje. – solo te protegí los ojos por el golpe de la cabeza, pero tu vista esta muy bien – - Gracias a dios- exclamo llevándome las manos al pecho- por un momento creí que estaba grave- rio como tonto mientras el medico analiza mis pupilas, la luz me deslumbra un poco ya que al final diminutas lucecitas se quedan fijas en mi vista. - Cuanto tiempo estuve dormido- hago esa pregunta para cambiar de tema. - Tres días- dice de lo más relajado y yo no puedo contener el asombro y me vuelvo incrédulo. - ¿Bromea verdad?- y ahora es el quien se ve serio. - Nunca bromeo- regreso la mirada y la fija en cualquier lugar menos en él, pues me da miedo mirarlo. - Esta bien- es lo único que logro decir y me levanto de la cama rumbo a la ventana. Pero mi paso es torpe como el de un borracho que no puede mantener el equilibrio. - Vendré a checarte dentro de dos días- me dice el medico pero estoy fijo en la ventana que poco le presto atención, solo alcanzo a mover la cabeza. La puerta se abre pero yo sigo mirando, al otro lado del enrejado puedo distinguir una silueta debajo de la lluvia torrencial que sigue azotando la ciudad. - Tienes un gran amigo- me distraigo de lo que estaba haciendo para verlo. - ¿Cuál amigo?- digo y al ver su cara de no entender regreso la mía hacia la ventana y la limpio pues el vapor la ah empañado pero ya no hay nadie ahí. - Inoo-kun, no se separo de ti en estos días- contesta el medico sonriente - ¿Inoo?- digo sin poder creérmela y comienzo a reír. - No se a que venga la risa pero así es, pregúntale a él. - Eso hare- - Debo irme lo saludas de mi parte- - Gracias- es lo único que respondo y de nueva cuenta me tiro sobre la cama cuando por fin se ah ido. Cierro mis ojos y lo primero que veo es tu rostro, tengo unos deseos incontrolables de verte que sin pensarlo me levanto y me dirijo a tu dormitorio, me tiemblan las piernas de solo pensar que voy a tenerte cerca de nuevo, toco la puerta pero nadie abre, estoy apunto de retirarme pero me quedo parado frente a tú puerta con la mano en el pomo, dudo, dudo mucho en si entrar o no pero es mas fuerte mi deseo que respiro profundamente y la abro. - Inoo- digo casi en un susurro inaudible y me meto por completo al cuarto. Camino sigilosamente por el, pero parece que no estas ahí y la desilusión me invade, regreso sobre mis pasos hacia la salida, pero escucho el correr del agua de la ducha y me quedo parado dudando de si entrar, los nervios me carcomen, si entro y te encuentro con otro no podría soportarlo y mas valdría estar ciego para dejar de sentir dolor, como dicen ojos que no ven corazón que no siente. Muevo la cabeza para alejar esos pensamientos y muy decidido entro al baño, puedo notar tu figura dibujarse por el vidrio del cancel y suspiro pues puedo notar que estas solo ahí adentro, una idea loca cruza por mi cabeza pues tengo tantas ganas de tocarte que el deseo se vuelve mas fuerte y deslizándome sigilosamente ingreso a la ducha contigo. Estas viendo hacia la pared así que no notas mi presencia, deslizo mis manos por tu vientre y te sobresaltas al sentirme sobre tu piel, te giras de lleno para verme y yo aprisiono mis labios contra los tuyos moviéndolos frenéticamente, pareces que sigues en shock por verme ahí que no respondes a mi beso, el agua me a mojado completamente que la ropa se adhiere a mi piel y comienzo a sentir frio. Al notar que no haces nada, ni siquiera un movimiento y sintiéndome el más torpe del mundo me dispongo a salir de ahí lo más rápido que pueda no quiero seguir viéndote así, pues solo aumentan las ganas de tocarte. Me alejo y me dispongo a salir cuando siento tus manos rodear mi cintura atrayéndola en un abrazo, puedo sentir tu cara sobre mi cuello y pude notar un pequeño suspiro de parte tuya. Ese acto tuyo me hace pensar que tal vez, solo tal vez realmente estabas preocupado por mí, así, que girándome para verte te dedico un beso en la frente para luego pasar a tus labios. Deseaba besarte con desesperación y que me correspondieras, tus labios se movieron al sentir que los aprisionaba más y me deje llevar por ese embriagante sabor tuyo, te arrincone en la esquina y comencé a deslizar mis manos por cintura, sentí como te estremeciste ante el contacto y sintiendo que llevaba la riendas del asunto me pegue más a tu cuerpo, comencé a besar ese cuello bañado en agua con ese sabor tan característico de tí que necesitaba, solo sentía como tu cuerpo se removía por mis besos y una enorme satisfacción se dibujo en mi rostro al saber que era el causante de eso, tome tus manos con las mías y deslizándolas por el azulejo las posicione sobre tu cabeza, en esta posición no podrías escapar. Seguí besando tu cuello y acercando mas mi cadera hacia la tuya comencé a friccionar de arriba hacia abajo. Te retorcías de goce y no sabes que felicidad siento por saber que puedo provocarte ese tipo de placer y sobre todo porque me correspondes. Aprisiono con una mano las tuyas y la que tengo libre la voy deslizando por tu cuerpo, en un movimiento excitante acaricio tu pecho, después tu vientre y al final llego a tu miembro. Lo tomo con suma suavidad y puedo sentir que ya esta completamente erguido me dirijo a tu rostro mostrándote una placentera sonrisa, tu solo desvías la mirada no sin antes notar un ligero sonrojo de tu parte. Comienzo a masajear tu miembro y acercándome a tu oído digo lo mas seductoramente que puedo –“tanto ansiabas que te tocara”-, puedo notar una sonrisa e tus labios y sin saber como ahora soy yo el que esta aprisionado contra la pared. Puedo sentir tu lengua rozar cada parte de mi garganta, es un beso lleno de lujuria, intento escapar pero me tomas por la cabeza para hacer mas profundo aquel beso, tus dedos agiles han quitado ya la camiseta y el agua ahora si cae sobre mi piel, mueves tus caderas involuntariamente chocando contra mi miembro, como si ya estuvieras penetrándome. -que impaciente eres- te digo con una risita, mientras comienzo a pasar mis dedos por tus cabellos. De momento ya estoy completamente desnudo al igual que tú, gradualmente te acercas mas metiendo una pierna entre las mías y comienzas a moverla, encorvo mi espalda pero no puedo hacerlo mucho pues la pared me estorba, así que no me queda mas que aferrarme a tu cuello. De un momento a otro me deslizo hasta quedar frente a ese pedazo de carne que es la fuente de mi desesperado deseo, lo tomo con mis manos y volteo a ver te, tienes una expresión de profunda con función y casi puedo asegurar lo que estas pensando. –“a caso quedo mal de la cabeza”- sonrió por pensar eso y poco a poco voy ingresando a mi boca tu miembro. Veo los intentos que haces por detenerme pero soy mas rápido y comienzo a succionar ese liquido espesó que escurre por mi boca , puedo ver tu cara de excitación y sigo con mi trabajo y ahora saco y meto tu miembro por mi boca, es una sensación deliciosa de verdad, puedo ver que no puedes mas y recargas tus manos sobre el azulejo, sino fuera por el agua que recorre tu cuerpo juraría que estas bañado en sudor. Sigo con mi ataque de succiones y nuevamente tus caderas comienzan a moverse a mi ritmo. No has dicho nada desde que iniciamos pero no me preocupo ni acongojo, pues se que lo estas disfrutando. -uhmm Daiki- gimes mientras aprisiono tu miembro con una mordida y ante aquella reacción vuelvo a hacerlo. - ahh Daiki- ese sonido hace que mi miembro se tense y un dolor entre la piernas se apodera de mi. Sigo chupando tu miembro dejándome llevar por el deseo comienzo a hacerlo con mas ahincó, me tomas por la cabeza haciendo mas profundos los movimientos. No se como es que te eh acostado en el suelo, pero tengo unos deseos incontrolables de hacerte mío, pues ese dolor me esta volviendo loco, me coloco en tu entrada y llevándome dos dedos a la boca intento ingresarlos, pero me detienes en el acto y mostrándome una sonrisa lasciva, te abalanzas sobre de mi dejándome ahora abajo. - Creíste que dejaría que llegaras mas lejos- me dices al tiempo que tomas mi miembro y lo estrujas con fuerza.- yo soy aquí el que te va a penetrar- No digo nada pues aun no puedo creer que haya caído en tu juego, me hiciste creer que tenía controlado el asunto y de buenas a primeras me cambias el papel. No puedo seguir pensando porque siento como tu boca húmeda y caliente se apodera de mi miembro, es una sensación de verdad es placentera el dolor poco a poco va desapareciendo al tiempo en que subes y bajas aun ritmo acelerado, mi liquido comienza a salir y puedo sentir como lo vas tragando a cada succión, tomas un poco de mi esencia y te diriges a mi boca depositándola en un beso lascivo, ese sabor amargo lo voy tragando mezclado con tu deliciosa saliva que me sabe a gloria, un dolor inesperado me saca de mi transe al sentir un intruso en mi entrada, tus dedos juguetones guiados por una mente perversa ingresaron en mi sin aviso. Duele de verdad que duele mucho, aun con tanto tiempo haciéndolo no puedo acostumbrarme a ello. Ingresas un segundo dedo y me arqueo pues una oleada caliente recorre mi cuerpo. Los sacas y dándome un ultimo beso, te metes en mi de un solo movimiento, grito por el ardor intentando aferrarme de algo pero lo único que hay es el agua que nos rodea, puedo sentir el palpitar de tu miembro en mi interior, es muy excitante, comienzas a menearte pausadamente, puedo sentir como el tejido de mi interior se mueve por cada vaivén de tus caderas, pero con cada movimiento me empujas contra la pared, es una posición incomoda pero así puedes llegar mas dentro de mí. El dolor no desaparece pero la excitación es mas grande, que levantándome me abrazo a tu cuello, en esa posición no hay mucho que se pueda hacer así que vuelves a recostarme y con mas ferocidad que hace un rato ingresas en mi con fuertes estocadas. Entrecierro los ojos pero no quiero que pares con los movimientos y me abrazo con mis pies a tu cadera. El vaivén continua y me dispongo a complacer a mi miembro que a quedado sin atención, con tus escotadas y con mi masturbación llego pronto al climax, pues con un sonoro gemido me corro sobre mi mano. Al darte cuenta de aquello te acercas a mí mano que aun sostiene mi miembro y lames todo la semilla que derrame sobre mi cuerpo, al terminar con aquello continuas con tu trabajo y después de unas cuantos vaivén ese liquido se derrama en mi interior llevándome al borde de la locura. Cuando todo a terminado y aun con las respiraciones entrecortadas nos quedamos viendo, esos ojos llenos de confusión los beso delicadamente y un sabor a sal inunda mi boca. –“Estas llorando” pienso mientras tus beso tus labios. No digo nada pues tal vez con mi imprudencia arruine este momento que se a sido el mejor hasta ahora. El agua a parado sin darme cuenta, cuando me giro a ver por que me cargas entre tus brazos cubriéndome con tu bata, salimos del baño yo aun en tus brazos me siento muy feliz. Te acercas a la cama y me recuestas con tanto cuidado así como temiendo que fuera a hacerme daño. Te recuestas a un lado mío cubriéndonos con las sabanas, me abrazo a tu pecho y la quietud del día aun cubierto de nubes negras a sido el mejor en mucho tiempo.

martes, 5 de abril de 2011

cinderella boy, [ cap 9 ]

capitulo IX


Nunca el pasillo se le había hecho tan corto, cuando menos lo pensó ya estaba en frente a la oficina de su jefa, tenía un enorme temor de estar a solas con ella. Aun podía sentir ese roce sobre su espalda, una sensación indescriptible se apodero de él a tal grado de no querer entrar, pero que podía hacer además, tal vez todo fuera producto de su imaginación.


Después de un rato de debatir con su yo interior y ya un poco decidió a que lo mejor era enfrentar el problema y no evadirlo, resolvió llamar de una buena vez a la puerta, respiro profundamente antes de llamar mientras escenas de él y su jefa venían a su mente sin que él pudiera hacer nada, cerró los ojos sintiendo una enorme opresión en el pecho.
- pasa- se escucho dentro-
Tardó unos segundos en entrar, debido a que su mano quedo pegada al pomo sin mover un musculo. Su mente debatía en hacerlo o no, pero al final no tuvo más opción.
- te dije que pasaras- dijo la mujer, asustando al pobre niño que brinco y la miro como bicho raro cuando ella practicante lo empujo hacia el interior. se recargo a la pared poniendo distancia entre ambos, pero la señora lo llevo hasta el sofá. Ahí y comportándose como toda una colegiala subió los pies al sofá y recargo el brazo en el respaldo mirando o más bien desnudando de nueva cuenta al podre chico.


Ryutaro solo mostraba una mueca en donde debería ir una sonrisa, miraba todo el tiempo el suelo y sus dedos se movían frenéticamente.


- ¿quieres tomar algo?-


- no gracias no bebo- contesto por inercia – usted apetece algo voy en seguida a traerlo – contesto intentando levantarse del sofá creyendo que esa sería su salvación.


- No te preocupes podemos ordenar que me lo traigan. Dijo al tiempo que movía su cabello con las manos


- Si verdad- respondió desilusionado, escapando de la mirada penetrante que la mujer le estaba dando.


- Gracias por salvarme- la mujer apoyo sus manos sobre el asiento y acerco su rostro al de Morimoto.


- No fue nada, de hecho yo no lo llamaría salvarla-


- Te daré tu recompensa- expreso la mujer provocativamente al tiempo que tomaba una mano de Morimoto y la dirigía hacia su cintura. Y después sin previo aviso la mujer se recargo en él metiendo una mano por debajo de la camisa, el chico intento alejarse pero no podía, su jefa poco a poco iba disminuyendo la distancia de sus rostros hasta que por fin pudo rosar sus labios con los de su mozo.


Quedo en shock, petrificado y su corazón saltaba fuera de control. Quería llorar pero su cuerpo no reaccionaba a nada, quería gritar pero su boca se había secado.


Cuando sintió un beso más profundo y asqueroso, surgieron unos deseos incontrolables de mandarla derechito a no sabe donde pero muy lejos. Estaba a punto de alejarla no muy cordialmente cuando alguien llamo a la puerta haciendo que la mujer se alejara y disimulara estar haciendo otra cosa.


- tiene una llamada- dijo Kairi mirando con una sonrisa a Morimoto y luego a su jefa.- la mujer se acerco muy disimulada y tomo el teléfono que le ofrecía Kairi y este sin decir nada mas salió.


- ¡bueno!- contesto sonriente contoneando las caderas al caminar, hablaba dulcemente como queriendo impresionar al mozo, pero poco a poco su melodiosa voz fue cambiando a la de una bruja loca. empezó a gritar y maldecir una y otra vez mientras agitaba las manos. colgó desesperada y marco un nuevo número. pero por lo visto tampoco recibió buenas nuevas así que lanzo el móvil lejos de ella y camino furiosa al escritorio. se afianzo al teléfono de escritorio y volvió a marcar.


- ¿cómo demonios sucedió?- grito fuera de sí-


- si lo sé pero… - se quedo escuchando- no hay nada que hacer…- chillo –no, no tengo esa cantidad- dijo sentándose de golpe - de donde pretendes que lo saque…. claro como tu… cierra tu maldita boca- grito azotando el teléfono en el escritorio y esparciendo todo en el suelo. se quedo bufando por unos segundos hasta que una idea surgió en su cabeza.


Tomo el teléfono y marco-


- ¡buenas tardes señor Araki! - dijo muy cordial la mujer- ¿cómo ha estado?… me alegro… si no lo he olvidado y precisamente es por eso que le hablo. ¿cuándo podemos vernos…? claro me parece… entonces ahí lo veré.


Ryutaro solo veía como la mujer buscaba y rebuscaba en su escritorio y demás libreros papeles y más papeles-


Estaba tan concentrada en lo que hacía que se había olvidado por completo del menor, no fue hasta que morimoto cambio de posición pues su espalda ya le dolía mucho.


- ¿sigues aquí?- le pregunto un poco consternada-


- ¡ehh! si- contesto preguntándose de inmediato –“ porque rayos no salí de aquí”-


- estoy ocupada, así que en otro momento terminamos-


Esa palabra fue como una bomba – después terminamos- que acaso había más.


Ryutaro salió como muerto, no podía caberle en la cabeza que estuviera a nada de ser violado por su jefa… que debía de hacer.


Daiki se encontraba haciendo…. nada, estaba triste sabia que las palabras que le había dicho hacia unos momentos a yuya habían sido la despedida. Cerró los ojos sintiendo una opresión en el pecho. El auto aun estaba sucio la esponja sobre su mano se había secado y no se había movido de su sitio desde que había salido.


Decido que lo mejor era ir a limpiar otra cosa, pero no el auto, no ese auto; mejor dicho nada de él, así que camino por los pasillos con el carrito de limpieza ignorando por completo el cuarto de Takaki, pero no pudo hacerlo pues el aludido parecía que lo rastreaba y en cuanto este pasó por fuera, él lo llamo-


- limpia mi habitación- dijo ordenándole y abrió la puerta para entrara, sin intención de enojarse ni decir nada, Daiki acepto de buena manera.


Entro a la habitación iniciando de inmediato su labor, Takaki se quedo sentando contemplando como el menor iba y venía arreglando.


En eso el celular de Daiki comenzó a sonar, este rápidamente lo saco de su bolso y miro quien era.


- ¡bueno!-


- ¡hola! Daiki, ¿como estas?-


- ¡bien! – dijo depositando la ropa sucia en el cesto- y tu Kota ¿como estas?- lo dijo lo más perceptible posible para ver como reaccionaria yuya.


- Bien, haber cuando nos vemos-


- si claro, hay que salir; que te parece….- le decía al tiempo que se giraba en busca de la escoba, pero para su sorpresa el mayor ya le estaba respirando cerca.


Tomo bruscamente la mano en la que estaba el celular y poco a poco la separo hasta que con su otra mano colgó, Daiki estaba sorprendido-


- ¡pero qué le pasa!- dijo molesto – estaba hablando-


- estas trabajando – grillo el mayor dando zancadas hasta su cama mirando hacia la ventana- aquí no puedes hablar-


- bueno, ah si, me disculpo por lo de hace rato pero ya ves, en que estábamos, así te decía …- cuando Daiki alzo la vista takaki corría hacia el dispuesto a arrebatarle el móvil, por instinto el también corrió.


- ven aquí – grito lanzándosele a los pies, el rostro de daiki golpeo el suelo soltado el móvil que se detuvo después de unas cuantas volteretas.


- bueno… bueno… ¿Daiki estas bien?-


Takaki se encimo en daiki que intentaba alcanzar el celular que estaba a unos cuantos metros, pero el mayor fue más rápido y lo cogió antes.


- deja de molestar a mi mozo en horas de trabajo- le grito cuando se percato que aun estaba activada la llamada para después colgar.


- hey Takaki- le grito Daiki. cuando esté volteó, el puño elevado de Daiki asesto sobre su rostro, tirándolo a un lado.


Sin ningún miramiento se levanto, le arrebato el celular que aun aprisionaba y camino hacia la salida.


- ¿Por qué?- escucho detrás deteniéndose- ¿porque tú?-


Daiki no entendía. Takaki poco a poco se fue levantando dando pasos lentos hacia él.


Un hilito de sangre aunque tenue no dejaba de gotear.


El móvil volvió a sonar ante la mirada aterrada de Daiki, Takaki corrió mientras el menor, intentaba ocultar el celular para que no se lo quitara, corrió brincando sobre la cama para escapar, pero el mayor no se quedaría tan tranquilo y antes de que Arioka llegara al otro extremo lo volvió a jalar por los pies, si no es porque este puso las manos a tiempo era seguro que su rostro colisionara contra el suelo. Sus pies quedaron sobre la cama; de inmediato Takaki lo comenzó a jalar hasta acostarlo.


- ¡suélteme! – gritaba como si lo estuvieran asesinando, pero para su sorpresa Takaki no estaba intentando quitarle el móvil. solo estaba ahí encima de él mirándolo y de pronto su corazón comenzó a latir fuertemente. intento levantarse e irse pues la mirada penetrante de yuya lo estaba intimidando.


- suéltame – grito a un mas pero takaki no reaccionaba.


El móvil volvió a sonar.


Yuya estaba perdido en los ojos del menor; cuando el celular volvió a timbrar y, como si esa hubiera sido la orden esperada, Takaki se lanzo a besarlo por el cuello, daiki no entendía, no creía lo que estaba pasando, intento con sus fuerzas apartarlo pero era inútil los besos del mayor sobre su cuello le estaban ganando la voluntad. El mayor le desgarro la camisa dejando al descubierto ese cuerpo delgado, siguió con sus besos frenéticos, haciendo que la excitación en Daiki creciera, no quería caer pero ya era prácticamente imposible, esos labios húmedos lo hacían estremecer.






Esas manos que acariciaban su vientre eran cálidas y suaves. Los besos de Takaki regresaron al cuello encaminándose poco a poco hacia esos labios apetecibles. Toco solo la comisura y se sintió en el cielo. Desde hace mucho tiempo que quería probarlos de nuevo.


Escasos centímetros lo separaban de la gloria cuando alguien llamo a la puerta. Se separo un poco mirando hacia la puerta, podía ver la sombra de alguien al otro lado, pero no iba a hacerle caso.


- Joven -gritaron desde fuera - su madre lo busca dice que es urgente, que es algo muy grave - muy a su pesar yuya dijo que bajaría enseguida. Se separo de ese cuerpo, se arreglo un poco y antes de salir por la puerta le dijo


- No te vayas, te necesito- y salió de la habitación


Daiki seguía recostado sobre la cama, su pecho baja y subía a un ritmo desigual, se sentía acalorado y sudoroso, pero sobre todo con una sensación muy agradable en su cuerpo, sonrió tocándose la comisura de su boca donde los labios de Takaki rozaron los suyos.


Que había sido aquello, acaso había sido una declaración de algo, o solo los deseos calenturientos de yuya hacia su persona. No quería pensarlo mucho pues si lo hacia corría el peligro de desilusionarse antes de tiempo; mientras tanto quería quedarse así con esa sensación en todo su cuerpo.


Pero el tiempo pasó y la poca esperanza de que yuya regresara se fue reduciendo a anda, Daiki sabía que no podía permanecer más tiempo ahí pues alguien podría entrar y encontrarlo en ese estado, bueno ese alguien para ser mas precisos podría ser Kairi y no tenía ganas de enfrentarlo por lo menos no ahora. Se levanto despacio acomodándose la camisa rota, siguió limpiando y después de un rato salió de la habitación de lo más feliz.


Estaba tan contento que ahora si tenía ganas de lavar aquel automóvil, así que fue en busca de sus pertenencias para terminar la labor. Pero su mente seguía alejada de la realidad que nuevamente se había quedado con la esponja sobre la mano.






- no creo que se lave solo-


- ¡eh!- expreso sorprendido viendo como Keito se acercaba – joven Keito, ¿cómo ha estado?, hace mucho que no lo saludo.


- si tienes razón con eso de que mi querido hermano te ha hecho de su propiedad, ya no deja que nos acerquemos-


- jeje- soltó fuertemente apretando la esponja sonrojado -


- ¿quieres hablar de ello?- sonrió Keito


- yo debería darle consejos a usted no usted a mi-


- no seas payaso y llévame al centro-


Ambos voltearon a ver el auto que estaba sucio.


- pero en el mío- sonrió lanzándole las llaves- Daiki asintió.


- Así que mi hermano ya te ha hecho de su propiedad-


- Eh no entiendo a que se refiere-


- Pues a que no te deja ni a sol ni a sombra-


- Oh, si es un poco hostigador-


- Un poco, yo diría que al extremo-


Daiki solo sonrió


- ¿Te gusta?- lanzo Keito


- Eh, no como cree… yo no…


- Se sincero, una vez me preguntaste lo mismo por Ryutaro y yo me a sincere ahora espero lo mismo.


Daiki permaneció un tiempo callado para después mira por el retrovisor a Keito y asentir con la cabeza.


- ¿Y porque no se lo dices?-


- Porque el ya tiene a alguien- lo dijo muy a su pesar.


- En serio-


- Si se llama Seiji-


- Ah así que tu conoces a ese mentado Seiji, ¿podrías decirme quien es?-


- El joven que entro el día de la fiesta, recuerda-


Keito lo miro con suspicacia


- Ósea tú-


- Eh-


- Por favor Daiki, que tan tonto me crees, está claro que eras tú el joven que entro esa vez a la fiesta, por el que Ryutaro me cambio, o no-


El silencio de Daiki era más que una confirmación.


- Qué yuya sea un idiota no quiere decir que yo también lo sea, recuerda no llevamos la misma sangre.


Daiki sonrió.


- ¿Así que me vas a decir quién es Seiji de una buena vez?-


- Claro que sí, pero es una larga historia, así que será mejor ir a alguna lugar-


- Me parece-


La plática fue larga y amena; Daiki conto cada detalle que recordaba y hasta le conto sobre que Kairi era Seiji y que lo había amenazado con unas fotos de él y Ryutaro.


- ¿En serio hay unas fotos?-


- Si, y un poco comprometedoras- a Keito el rubor se le subió hasta las orejas, miro para otro lado y la imagen de Ryutaro pronto se vino a su mente.


- No podría precisar si solo me gusta o lo quiero.


- ¡Ehh!- respondió Daiki inseguro de lo que estaba escuchando -Se refiere a Ryutaro-


Keito asentó con la cabeza.


- ¿Cómo es que terminamos en esta situación?- dijo removiendo la pajilla de su bebida- usted enamorándose de mi amigo y a mi gustándome el sádico y acosador de su hermano.


- ¿Eso quiere decir que no lo quieres?-


- Dijera usted, no sé si solo me gusta o hay algo mas, solo sé que me gusta cuando le dan celos – sonrió apenado.


- ¿Te gusta que te cele?-


- La verdad sí, es divertido además de que me hace sentir que le importo un poquito-


- ¿Porque lo dices?-


- Hace rato me celo porque recibí una llamada de un amigo, después de pelear un rato terminamos en la cama-


- ¿En la cama?-


- Déjame seguir, sin que te adelantes, terminamos encima de la cama y apunto de..bueno ya sabes-


- Si ya se, eso fue demasiada información y porque no le dices que tu eres ese joven-


- Por lo mismo que ya le explique, Kairi le enseñaría su ma..madrasta las fotos; sinceramente usted no me preocupa-


- Gracias- contesto burlón el menor.


- Me preocupa que pueda despedir a Ryutaro y eso no puede ser porque él es el soporte de su familia así que tendré que aguantarme mis ganas de hacerlo y sobre todo de tener algo que ver con yuya.


- Y porque no engañan a Kairi-


- ¿Y eso como es?-


- Pues sí, sé el amante de yuya sin que el hijo de su mamá de Kairi lo sepa, así te estarás vengando de él sin que lo sepa.


- Me gusta la idea, solo falta que yuya quiera-


- Créeme que aceptara.


Después de la plática Keito decidió ir a comprar algunas cosas que necesitaba y al cabo de un rato ya estaban de regreso en la casa.


Cuando Daiki estaciono el coche pudo notar que había otro más estacionado fuera, por un momento se le hizo conocido pero no le dio mayor importancia.


Como Daiki llevaba cosas para Keito ambos entraron por la puerta principal sin sospechar que había invitados en la casa.


- Buenas tardes- dijo muy educadamente okamoto haciendo una leve reverencia.


- ¿Este es tu otro hijo?- contesto el señor levantándose y caminado a grandes zancadas hacia él estrechándole la mano.


- - es mi hijastro- contesto sin mucho afán la señora.


- Bueno pero es el hijo de tu esposo.


Daiki pudo ver que yuya estaba sentado en el sofá con la mirada un tanto extraviada, estaba pensativo con sus codos recargados sobre sus piernas y las manos unidas como rezando. Daiki también pudo ver que había alguien a su lado pero no podía distinguir de quien se trataba pues Takaki lo cubría solo podía notar que era una mujer


-¿Y este joven quien es pregunto – pregunto el señor Araki?.


- Es el mozo – contesto con desdén.


Takaki al escuchar aquello giro su cabeza en esa dirección y en cuanto sus ojos hicieron contacto, Daiki de inmediato le dedico una linda sonrisa, pero Takaki no mostro ninguna reacción y regreso su mirada al frente.


- “y ahora que he hecho” pensó Arioka, mientras seguía observando a yuya.


- Arioka-


- si – contesto el


- trae champagne para celebrar-


- A la orden – contesto


El menor ingreso a la cocina tomo algunas copas, coloco una botella de champagne en la bandeja e ingreso de nueva cuenta al salón.


Comenzó a servir las copas, miro a la chica que yuya tenia al lado y pudo reconocer que era la joven a la que Yabu servía. Dejo de mirarla y empezó a servirle al mayor.


- ¿Y que celebramos- pregunto inocentemente Okamoto?-


- El compromiso de Takaki con Miyu-chan- observo la mujer con mucho entusiasmo.


Keito no dijo nada solo se quedo observando el rostro de su hermano y la nuca de Daiki.


Por otro lado Daiki al escuchar aquello derramo la bebida sobre yuya haciendo que este se levantara deprisa.


- Eres un torpe - chillo la mujer, mientras yuya se limpiaba con la servilleta-


- Yo... lo siento…-


- Vete a la cocina- - Daiki asintió


- Me voy a cambiar- dijo Takaki pasando entre los presentes - Arioka acompáñame-


El menor detuvo su andar para después girase sobre sus talones y seguir por detrás al mayor. En cuanto entraron a la habitación hubo un silencio mortal, Takaki buscaba entre sus pertenencias algo que ponerse pero su cabeza no daba para esas cosas; así que agarro lo que fuera y comenzó a cambiarse.


- No quiero – expreso hundiendo las manos en las bolsas del pantalón. Daiki no contesto.


- ¿Por qué justo ahora está pasando esto?- yuya termino de abotonarse la camisa y camino hacia Daiki- ¿porque justo ahora que me siento feliz sucede esto?- y lo atrajo en un abrazo, un abrazo fuerte desesperado como si no quisiera separarse de él nunca más.


- ¿No puede hacer nada, cierto?- yuya asintió con la cabeza.


Poco a poco fue alzando la cabeza hasta toparse con la de Daiki, aspiro aquel aroma delicioso que emanaba del cuerpo del menor y así, lentamente fue levantando hacia él el rostro de Daiki, sonrió unos segundos y mansamente y sin prisa alguna unieron sus labios.


Un movimiento lento, pausado, sus bocas se encontraban por primera vez sin ninguna presión, ahora todo era voluntario. Era un disfrute exquisito; esos labios dulces, carnosos, suaves, le hacían sentir hormigueos por la espalda. Sus cabezas se movían al igual que sus cuerpos a un ritmo igual. Paulatinamente los besos comenzaron a tomar un carácter más febril y entonces lo sintió, Takaki sintió ese beso que desde hace tiempo había buscado, ese beso que añoraba con todas sus fuerzas volver a sentir. Poco a poco se separaron, Daiki tenía las mejillas ruborizadas, su pecho subía y bajaba, pero no apartaba en ningún momento la vista sobre el mayor.


- ¡¡Eres tú!!- expresó yuya acariciando con la yema de sus dedos el rostro del menor-siempre fuiste tú- Daiki trago saliva. Takaki bajo su brazo y agachando la cabeza comenzó a reír- ¡¡siempre fuiste tú, tu!!-.


Daiki estaba asustado, miraba al mayor con miedo “¿por qué debía de descubrirlo justo en ese momento?, ¿por qué justo ahora que sabía que lo quería?”. No quería esperar a ver la reacción completa de yuya, a si que sin esperar ni un segundo más corrió hacia la salida.


-¡no! – Grito yuya jalando por el brazo- ¿por qué me mentiste?-


- suélteme- gritaba el menor, pero era en vano hacerlo.


- ¿Por qué me engañaste?-


-suélteme- grito aun mas fuerte golpeándolo en el rostro. Takaki se tambaleo cayendo sentado oportunidad que aprovecho para salir de ahí.


- Daiki ven, Daiki regresa- grito el mayor.


Arioka salió deprisa chocando con Kairi que lo miro un poco sorprendido, después escucho como los gritos del mayor se iban acercando hacia la puerta y en segundos lo vio salir de la habitación.


- Daiki vuelve aquí- grito corriendo tras de él. Que estúpido había sido, no quería asustarlo pero estaba contento, feliz de saber que él era esa persona que tanto había buscado, pero no supo cómo manejar sus emociones y había asustado al menor.


Corrió escaleras abajo pasando como bólido sin mirar a los que había en el salón, ingreso a al cocina y corrió hacia su cuarto, azotándola y poniendo rápidamente el seguro. ¿Que debía hacer, qué?


Mientras tanto Takaki también bajaba las escaleras, pero fue interceptado por su madre y los demás invitados y, aunque el decía que debía de hacer algo importante fue arrastrado literalmente hacia la sala.


- Ahora si- dijo su madre levantando la copa- brindemos por el compromiso de mi hijo con la señorita Miyu-chan-


Las voces alegres de los padres de la menor resonaron como un taladro en sus oídos “de que valía la pena haber encontrado a esa persona y su destino ya estaba ligado a otra”, sostuvo la copa levantándola en el aire, después coreo a los demás y engullo de un solo trago aquella bebida. No le sintió sabor alguno, es más ahora su garganta la sentía seca y agria.


Miró a la mujer que dentro de unos meses seria su esposa y pudo ver la misma expresión que él sentía en esos momentos. Los dos estaban enamorados de alguien más.






Seguía sentado en el sillón aun cuando la sala ya estaba vacía, quería correr a buscarle pero que ganaría, “si te quiero pero me voy a casar con alguien más”- recargo su cabeza en el respaldo y miro hacia el techo.


- Te encuentras bien – pregunto Keito sentándose a un lado de el


- No- contesto tajante


- Quisiera poder entender cómo es que una madre le hace eso a su propio hijo-


- Si tu no puedes entenderlo yo menos-


- Desde cuando está este arreglo- pregunto Keito recargándose en el respaldo.


- Yo, no lo sabía- concluyo el mayor-


- ¿Por qué aceptaste?, ¿por qué dejas que maneje tu vida- yuya lo volteo a ver


- Tengo mis razones- y sin agregar nada mas a la plática se levanto del asiento y se encamino hacia las escaleras.






Kairi estaba que no lo calentaba ni el sol, estaba enojado por dos grandes motivos: el primero era que yuya estaba comprometido y eso le había arruinado todos sus planes y el segundo que la actitud de yuya hacia Daiki había cambiado, algo había pasado entre esos dos.


Miro las fotos que había en su celular y una gran sonrisa se le dibujo en el rostro. Salió deprisa de la habitación caminando presuroso hacia el despacho de su jefa y tocando un par de veces, por fin le dieron la entrada.


- ¿Qué es lo que quieres?- contesto la mujer mirando lo papeles que tenia sobre el escritorio.


- Quiero hablar con usted de algo muy importante-


- Así, pues no tengo tiempo, así que lárgate-


- Yo creo que le interesa y mucho- la mujer dejo lo que estaba haciendo y lo miro directo-


- ¡Lárgate! – grito la mujer exasperada.


- Lo que quiero es que rompa ese compromiso que hay entre yuya y esa- lo último lo dijo con despotismo.


La mujer soltó tremenda carcajada que tuvo que sostener su estomago del dolor.


- ¿Qué clase de drogas ingieres?, quien te crees para venir y decirme esa sarta de estupideces, ¡lárgate!- volvió a decir


Kairi extendió su mano y lanzo el móvil hacia ella. La señora tomo el móvil y sus ojos se clavaron en esas dos figuras. El color se le subió hasta la cabeza, sus manos comenzaron a temblar y de pronto tenía mucha sed.


- ¿De dónde sacaste esto?, ¿cómo lo conseguiste?-


- Tengo mis métodos, ¿entonces qué?, va a hacer lo que le pido-


- ¡No! – grillo la mujer abriendo el móvil retirando de inmediato el memory stick. Kairi solo sonrió.


- Puede quedarse con él, se lo regalo- sonrió sínico- tengo muchas copias, además de impresas- al decir aquello lanzo al aire varias de ellas-


La señora solo vio como caían lentamente al suelo.


- Que diría yuya si llegara a ver estas fotos… o peor aún, que diría la sociedad si se entera que acosa a un menor de edad, porque eso es Ryutaro un niño aun.


La mujer palideció aun más.


- Mire le propongo un trato – dijo caminando hacia el siento dejándose caer -del cual podemos beneficiarnos ambos –


- Que quieres, ¿dinero?-


- No, quiero que rompa el compromiso de yuya con la chica pero que ahora comprometa a Keito con ella-


- ¡Estás loco!, no pienso hacer eso-


- Le conviene – dijo estirándole la mano mostrándole otra foto, su jefa se acerco hasta él y arrebatándosela de las manos la miro.


Abrió la boca a todo lo que daba, sus ojos chispearon de rabia y no pudiendo contenerse rompió a la mitad aquella foto-


- Si usted compromete a Keito con Miyu-chan, matara a dos pájaros de un tiro, se deshará de Keito y podrá continuar su excitante romance con el menor, además de que no perderá la fortuna-


- ¿Tú que ganas?- pregunto la mujer insegura


- Me gusta su hijo – dijo el muchacho. Pero la señora soltó tremenda carcajada que el eco tardo en disiparse-


- Me parece que yo gano más que tu, acaso crees que mi hijo se podrá fijar en ti, por favor eduque muy bien a mi hijo como para que caiga en lo más bajo-


- Eso ya no depende de usted, lo toma o lo deja-


- Keito no va a aceptar-


- Hay señora hay maneras de persuadir a la gente- y lanzo a sus pies otra copia de Keito y Ryutaro. La mujer alzo el rostro mostrando una sonrisa y al punto exclamo


- Hecho-


- ¡Ah! pero quiero pedirle otro favor, despida a Daiki sin que yuya lo sepa-


- Y ese caprichito –


- Yo sé mi juego, usted preocúpese por el suyo- y sin decir nada mas camino hacia la salida, no sin antes reverenciarse.


- Mándame a Daiki- dijo la mujer dándole la espalda- ¡¡que el juego comience!! – y ambos por su lado sonrieron sínicamente.


aqui esta otro cap XD, creo que me salio mas extenso que otras ocasiones pero debia de terminar esta parte XD.
Disfrutenlo y comenten =D