sábado, 8 de junio de 2013

Between Lies and Secrets, [ cap 8 ]


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Capitulo 8


“Sigo sin saber nada de ti y eso ya me está preocupando un poco… como sea, si lees este mensaje, llegaré a las 10 a.m. hasta luego. Takaki Yuya 

Yabu leyó el último mensaje que había recibido su hermano, miró el reloj y eran las 9.25 a.m., Yuya debía estar por llegar.
Decidió ir al aeropuerto, no tenía intenciones de hablarle, no tenía intenciones de acercarse a él… solo necesitaba verlo.
Llegó al aeropuerto y se escondió detrás de un anuncio pero veía claramente el pasillo de donde llegaba la gente de los vuelos internacionales.
Miró su reloj, eran las 9.45 a.m., Yuya estaba a punto de llegar. Su corazón comenzó a palpitar muy rápido. Unos cuantos minutos después lo vio caminar por el pasillo, tardó unos minutos en saber que era él, porque más que no poderlo diferenciar, no podía creer que lo estaba viendo.
Yuya se quedó un minuto parado y observó a todos lados, sin lugar a dudas estaba buscando a su amigo, pero no lo vio, así que se resignó y caminó hasta donde estaban los taxis, subió a uno y se dirigió a su casa, lo que no sabía, era que Yabu lo estaba siguiendo muy de cerca.
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“Keito, que bueno que viniste a la escuela, pasa por favor…” le dijo la profesora al chico que llegó 5 minutos tarde.
“Si, gracias…” contestó Keito
El chico se fue silenciosamente a su asiento, todos sus compañeros lo veían fijamente, pues a pesar que nadie sabía que había pasado, el rosto de Keito les decía que el chico no estaba muy bien, se veía triste, desganado y además se notaba que había pasado una mala noche. Todos lo observaban, sin embargo, Keito necesitaba que solo él lo viera, pero no, ni siquiera le lanzó una mirada.
Sintió muchas ganas de llorar, pero respiró hondo y se calmó un poco.
Su mirada no se separaba de Hikaru ni un segundo, pero el moreno, ni por equivocación lo volteaba a ver. El corazón de Keito se rompía más con cada pasar de los segundos.
“¿¡Keito estás bien!?” Le preguntó una compañera asustada
Keito no se había dado cuenta de que estaba llorando hasta que esa chica le dijo, todos lo voltearon a ver, hasta él lo volteo a ver. Sus miradas se cruzaron y Keito sintió que no podía más.
“Lo… lo siento…” dijo Keito, se levantó de su asiento y salió corriendo al baño.
Hikaru sintió las ganas de salir corriendo tras de él y abrazarlo hasta que parara de llorar. Pero según él, Keito no quería que se le acercara ni un poco. Aun así estaba muy confundido por la actitud del chico.
Keito llegó al baño y estaba solo, pues era hora de clases todavía. Se puso frente al espejo y observó su rostro por un momento. Sus ojos estaban rojos y llenos de agua, sus mejillas estaban húmedas, habían lágrimas por toda su cara, y debajo de sus ojos habían unas sombras negras producto de su falta de sueño.
Le dieron más ganas de llorar, no por el hecho que se veía horrible, porque era algo que no le importaba, sino porque el chico no le prestaba ni la menor atención. No lo volteaba a ver, solo segundos antes de salir del salón. No podía creer el comportamiento del moreno.
Abrió el grifo del agua y la dejó correr hasta que estuviera un poco más tibia. Cuando sintió la temperatura a su gustó comenzó a mojar su rostro. El agua corría borrándole las lágrimas que había derramado. Sacó un pañuelo de la parte trasera de su pantalón y se secó el rostro.
Se quedó observando el reflejo de su cara en el espejo unos segundos, en verdad no se veía nada bien. Decidió que quería regresar a su casa ya que no se sentía muy cómodo estando allí.
Volvió a su salón y como era cambio de clase no había maestro, así que tomó sus cosas y las puso despreocupadamente en su mochila para después echársela al hombro y salir del salón, pero antes una voz lo detuvo.
“¡Keito! ¿A… a dónde vas…?” preguntó Hikaru temeroso
“A mi casa… no me siento bien…”
Contestó sin voltear a ver al moreno, al salir del salón sintió como nuevas lágrimas se formaban en las comisuras de sus ojos, pero no le importó y siguió caminando dirigido a su casa.
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Ryosuke y Yuto pasaron todo el día juntos. Hicieron comida juntos para después ver una película.
La película termino y ambos chicos estaban al borde del llanto pues la película fue demasiado emotiva.
“¡Awww… que bonita película… Koisora…!” dijo Ryosuke
“Sii…”  Dijo Yuto
De pronto sintió como algo le entró en el ojo y rápidamente trató de sacarlo, era una pestaña, y aunque ya se la había quitado del ojo seguía ardiéndole.
“¡auch! Ryosuke… ¿puedes ayudarme?” Dijo Yuto abriendo lo más que podía su ojo.
“Si, ¿Quieres que le sople a tu ojo?” Preguntó Ryosuke
“Por favor…” dijo Yuto acercándose más a él.
Después de unos cuantos soplidos de Ryosuke, Yuto dejó de sentir ardor.
Ryosuke y Yuto se quedaron viendo fijamente a los ojos, sus rostros estaban demasiado cerca. De nuevo, Yuto miró esos carnosos labios, no se podía resistir. Y como si los labios de Ryosuke tuvieran imán, Yuto comenzó a acortar la distancia entre ellos peligrosamente.
Cuando menos lo pensaron su separación era igual a nada, sus labios estaban completamente unidos. Ryosuke comenzó a besar más apasionadamente a Yuto. Los dos se dejaron llevar, pero de repente, un toquido de la puerta hizo que se separaran bruscamente.
“Este… ¿Quién?” gritó Yuto desde su lugar, unos segundos después se levantó y se dirigió a la puerta “¡Daiki!” gritó Yuto “Pasa…”
“Si. Por cierto, viene alguien conmigo… Inoo ven acá”
Gritó Daiki aun desde la puerta, Yuto caminó de nuevo al lugar donde había estado unos minutos antes besándose con Ryosuke.
Ryosuke repasó mentalmente el nombre que acababa de pronunciar Daiki ‘Inoo’… pero no pensó en nada grave pues, Inoo es un nombre normal, cualquier persona se puede llamar así.
“¡OOOOH!” Gritó Inoo
Ryosuke no lo podía creer, tenía que tener algún tipo de maldición para que de una u otra manera no pudiera hacer su nueva vida como él quería. Le lanzó una mirada matadora a Inoo y después sin que nadie se diera cuenta le hizo una señal de que no hablara. Pero su gran ventaja, fue que Kei estaba demasiado sorprendido como para hablar.
“Este es el chico al que estuve cuidando en el hospital…” dijo Yuto
“¿Lo conoces?…” le preguntó a Kei
“Si, nos vimos una vez en el hospital, el chico que se equivocó de cuarto de cuarto ¿recuerdas?” contestó antes que Kei y dijo esto último mirando a Yuto.
“¡Oh, si… ya recuerdo!”
“Aah… ¿cuándo ibas a visitar al hermano de tu amigo?” preguntó Daiki
“S… si…” contestó Kei inseguramente lanzándole una mirada rápida a Ryosuke, casi preguntándole si estaba bien que contestara.
“Ooh… que pequeño es el mundo…” Dijo Daiki
“Si…” contestó Yuto con una sonrisa
“Bueno, yo soy Ryosuke…” le dijo a los otros dos chicos haciendo una reverencia.
“Arioka Daiki, primo de Yuto” hizo una reverencia.
“Inoo Kei…” dijo haciendo una reverencia.
“Siéntense…” dijo Yuto sentándose a un lado de Ryosuke, mientras los otros 2 chicos se sentaron justo en frente de ellos “¿Es tu amigo?…” preguntó Yuto a su primo.
“Este…” Daiki volteo a ver a Inoo quien le asintió levemente indicándole que podía decirlo “Pues… digamos que estábamos viendo si funcionamos como pareja…” dijo con un brillo en sus ojos.
“…” Ryosuke clavó la mirada en Inoo, pues hasta donde él sabía, el chico había estado desde SIEMPRE enamorado de su hermano, aunque, supuso que Inoo se había cansado de su hermano o algo así.
“¡Ooh! Pues felicidades!” dijo Yuto feliz.
“Y… ¿Ustedes están saliendo?” Preguntó Daiki
“¡NO!” Contestaron ambos al unisón haciendo que el primo de Yuto se espantara.
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Takaki se bajó del taxi y se quedó mirando su casa desde la media calle, estaba muy feliz de haber vuelto a su hogar.
Caminó lentamente a la puerta, dejó sus maletas en el piso y buscó en sus bolsillos la llave. Después de que la encontró abrió su casa.
Se veía como la había dejado la última vez, claro, ni siquiera se molestó en llamar a alguien para que limpiara su casa, así que lo tenía que hacer después. Vio unos cuantos papeles que había dejado tirados en el suelo antes de irse.
Tomó las maletas y las dejó adentro de su casa, cuando se volteó para cerrar la puerta sus ojos se hicieron super grandes.
“Ya…yabu…” dijo Takaki sorprendido
“Takaki…”
“¿Qué haces aquí?” el chico estaba sorprendido y emocionado a la vez, una de las personas que más anhelaba ver estaba justo frente a sus ojos.
“Vine porque…”
Yabu no encontró algún pretexto que le pudiera haber dado al menor, así que decidió que era mejor actuar que pensar.
Entró a la casa sin siquiera pedir permiso, cerró la puerta detrás de él y rápidamente se puso frente a Takaki y puso sus labios sobre los del otro chico.
El menor ni siquiera pudo cerrar los ojos de la sorpresa. Trató de zafarse hasta que lo logró.
“¡No Yabu!” Takaki cubrió su boca con su mano, no podía creer que lo había besado.
“Yo…” Yabu no podía hablar, pero siguió con su plan inicial, actuar en vez de pensar.
Así que volvió a tomar al chico a la fuerza y lo besó, esta vez, aplicando más fuerza para que este no se zafara.
Takaki seguía impactado, pero después de que se dio cuenta que Yabu no se daría por vencido, decidió rendirse él y dejarse llevar.
Respondió el beso con la misma ternura que Yabu lo hacía. Comenzó a acariciar el rostro del mayor cariñosamente. Yabu abrazó más fuerte a Takaki haciendo que sus cuerpos quedaran aun más juntos, y después comenzó a acariciar dulcemente la espalda del menor.
Tenían mucho tiempo de no sentir el cuerpo del otro, y ambos lo deseaban con muchas ganas, así que decidieron tomarse todo el tiempo que fuera necesario para decirse entre caricias lo mucho que se habían extrañado el uno al otro.
Yabu tomó a Takaki entre sus brazos y lenta y cuidadosamente subió las escaleras. Conocía la casa como la palma de su mano, desde que conoció a Takaki vivía allí, así que no había problema para el de recorrer la casa con los ojos cerrados.
Torpemente encontró la habitación del menor, abrió la puerta y, pisando un montón de cosas que estaban tiradas en el suelo, llegó hasta la cama donde dejó caer a Takaki lentamente.
Separaron sus labios y quitaron unas cuantas cosas que estorbaban en la cama para seguir donde se habían quedado.
De nuevo volvieron a unir sus labios y a regalarse carisias, que probablemente para mucha gente solo eran eso, carisias, pero para ellos en ese momento significaban muchas preguntas y muchas respuestas.
Yabu dejó de besar los labios de Takaki por un momento para dedicarse a devorar el cuello del menor, aquel cuello que era tan conocido y desconocido para él.
Besó cada parte, sin saltarse ninguna. Era algo que estaba deseando hacer desde hace mucho tiempo, el cuerpo de Takaki era como una droga para Yabu, cuando comenzaba no podía parar.
Lentamente comenzó a levantar la playera del menor. Bajó sus labios hasta el estomago del chico y comenzó a besarlo tiernamente. Unos segundos después, Takaki estaba sin camiseta.
Después Takaki bajó sus manos para retirar la playera del otro chico.
Comenzaron a besar sus cuerpos como si fuera la primera vez que lo hacían, con la pasión que sintieron la primera vez. Todo este tiempo separados les había hecho comprender lo mucho que se necesitaban el uno al otro.
No había palabras en ese momento, ninguno de los dos se hablaba. Y no era porque estuvieran teniendo relaciones sexuales como si fueran dos completos extraños, sino porque en ese momento no se necesitaban palabras, en ese momento necesitaban muestras de cariño, necesitaban sentir todo lo que el otro sentía, las palabras estaban de sobra, con un solo beso sabían lo que el otro preguntaba, con un solo roce sabían lo que el otro quería responder.
El único sonido que había en la habitación era el de dos personas que se amaban y que habían estado separadas por mucho tiempo, el sonido de los besos torpe y apasionadamente compartidos, el sonido de placer de ambos, el sonido de necesidad…
Cuando menos lo pensaron los dos estaban completamente desnudos. Yabu llevó sus labios a los del menor nuevamente, besándolo lentamente. Bajó su mano hasta la entrepierna de Takaki, tomando su miembro lentamente. Takaki dejó escapar un pequeño gemido al sentir la cálida mano del mayor en su hombría. Yabu comenzó a masajear al chico lentamente, dejando que el cuerpo entero de Takaki se electrizara de tanto placer.
Cuando sintió un poco de pre-semen del menor en su mano lo dejó de masajear, recibiendo un sonido de disgusto del otro.
El mayor se sentó en la cama y después hizo que el menor se sentara sobre sus piernas. Llevó un dedo hasta la entrada del menor introduciéndolo lentamente. Takaki aferró sus manos fuertemente a los hombros de Yabu.
Yabu comenzó a mover su dedo despacio para después agregar otro. Cuando Takaki quedó lo bastante dilatado para no lastimarse, Yabu retiró sus dedos y lentamente dejó caer el cuerpo de Takaki en su miembro.
Las casi inexistentes uñas del menor se encajaron en la piel del mayor al sentir esa dolorosa pero placentera invasión en su cuerpo.
Después de unos cuantos segundos, Yabu comenzó a mover sus caderas rítmicamente para no lastimar mucho a Takaki.
Gemidos de ambos se escuchaban por toda la habitación. La temperatura se había elevado demasiado. Yabu comenzó a acelerar sus movimientos golpeando el fondo de Takaki una y otra vez haciendo que este gritara con cada movimiento.
Yabu puso sus labios sobre el cuello del menor y comenzó a besarlo ferozmente, después, llevó su mano hasta el miembro de Takaki y comenzó a masajearlo para venirse junto con él.
Después de unos cuantos movimientos más, ambos se descargaron y gimieron el nombre del otro escandalosamente.
Yabu se dejó caer en la cama con Takaki sobre de él.
Pasaron los minutos y ninguno de los dos dijo nada.
Yabu tomó su playera y comenzó a limpiar el cuerpo de él y el de Takaki para después dejarla caer de nuevo al suelo.
El frio golpeó el cuerpo de Takaki haciendo que este se estremeciera. Yabu, sin soltar al chico, tomó el cobertor que estaba sobre la cama y  cubrió sus cuerpos, abrazando más fuerte a Takaki para que se le quitara el frio.
El menor puso su rostro en el cuello de Yabu para poder respirar toda su esencia.
“…Yabu, gracias…” dijo Takaki con la voz entre cortada, dejando que una lágrima callera furiosa por su mejilla.
“No hay nada que agradecer…” contestó acariciando el cabello del menor y pegándolo más a su cuerpo.
“Te… te había extrañado mucho y te… te amo…” dijo con todo su corazón
“Yo también te había extrañado y te amo… mucho, pero no te dejaré ir de nuevo…” contestó con la misma sinceridad, para después, darle un pequeño beso en los labios.
Ambos se quedaron compartiendo del calor que desprendían sus cuerpos hasta que se quedaron completamente dormidos.

Fin Capitulo 8

1 comentario:

  1. Kyaaaaaaaaaaaaa al fin se besaron, demo xq tuviste q llegar Dai-chan BAKA!!!
    Aun odio a Yabu!! demo, espero q con la llegada de Takaki cambie su actitud y no le haga mas daño a Ryo-chan..
    Arigatou onee-chan x dedicar tu tiempo a subir fics ;) Gambatte!! Chuu'

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