domingo, 28 de noviembre de 2010

cinderella boy, [ cap 7 ]





















Capitulo VII

La luz se filtraba por los agujeros que había en las cortinas, para su mala suerte esa pequeña luz escurridiza daba sobre su almohada justo sobre sus ojos. Los cerró con fuerza para evitar que se siguiera colando. Alzo sus cobijas hasta taparse completamente el rostro, pero no podía seguir ignorando que ya era de mañana y que debía de salir de la cama para ir a entender a los señoritos.

- ¡Maldición! – exclamo exasperado al escuchar el maldito tono del celular- ¿que no puede esperar a que me levante tranquilo?- grillo nuevamente ante el insistente sonido.

- ¡bueno!- dijo intentando mantener la calma-

- Creí que no contestarías-

- Como no hacerlo, si las consecuencias seria nefastas-

- Hombre no exageres, que tampoco soy un ogro-

Daiki arqueo la ceja y aunque sabia que yuya no podía verle, le hizo una mueca de fastidio.

- Dígame que quiere para que pueda hacer mis deberes-

- Quiero que le digas a Seiji, que hoy lo veré en la cafetería que esta enfrente del parque, en el centro a las 4 pm.

- ¡Esta loco!- contesto molesto- cree que Seiji tiene todo el tiempo del mundo como para que este a su disposición-

Yuya sonrió, era obvio que ese personaje llamado Seiji era su mozo, pues era claro que ese día no tenia descanso y obvio no podría ir a la cita.

- Pues dile que quiero verlo hoy-

- Como quiera- soltó el menor colgando de inmediato.

Estaba harto y eso que aun no empezaba todo el teatro. Salió de la habitación ya cambiado y arreglado y se dirigió hacia el jardín que era donde regularmente Kairi iniciaba sus deberes. Lo miro cerca del almacén y con paso presuroso pero a la vez desganado le dio alcance.

- ¡Buenos días!- dijo Kairi con mucha ironía al verlo acercarse- que te trae por acá-

Daiki ignoro el comentario

- Takaki quiere verte hoy en el centro, en el café que esta frente al parque-

- ¡Ohh! en serio- contesto haciendo la voz muy delgada, daiki tuvo que reprimir la sensación de vomitar- pues dile…-

- No soy tu mandadero, si vas a decirle algo… – y extendió su mano al tiempo que le lanzaba el móvil- díselo tú-

Dicho esto se giro sobre sus talones y salió presuroso de ahí.

- ¡Buenos días!- expreso Ryutaro de buen humor-

- ¡Buenos días!- contesto el mayor no pudiendo evitar recordar la imagen que había visto en el celular.

- ¿Qué?, porque te me quedas viendo-

- ¡Ehh!- daiki no se había dado cuenta que se lo había quedado viendo –ejemm- Carraspeo un poco – ¿y? como vas con keito-

- Como que como voy, ¿a que viene esa pregunta?-

Daiki se puso nervioso

- Bueno por lo que paso el otro día que los encontré en una… digámoslo así… una situación comprometedora.

Las mejillas del menor se pusieron de un rojo carmesí y de inmediato desvió la mirada para otro lado.

- Nada, solo fue… nada no pasa nada-

- Seguroooo- daiki insistía

- ¿Que?, me sabes algo o solo me hablas al tanteo- ryu lo miro retadoramente.

- No pues yo solo decía- sonrió pícaro

- Mas te vale- contesto el menor sonriendo.

- Y tu como vas con lo de decirle la verdad a yuya-

Daiki suspiro aliviado pero a la vez temeroso.

- Ya tengo solucionado eso-

- ¿Así? y como-

- Le delegue el asunto a alguien mas-

Ryutaro que había caminado hacia la sala se detuvo en seco mirándolo con la ceja arqueada.

- Disculpa, no sabia que podías delegar esa responsabilidad a alguien –

- Pues lo hice-

Ryutaro seguía mirándolo feo, no podía creer lo que su amigo decía, era simplemente imposible además de irracional.

- ¿Y bien? –

- ¿Y bien que?- pregunto el mayor

- Según tu a quien le delegaste la responsabilidad-

- Lo sabrás a su debido tiempo- y sin nada mas que decir subió a las recamaras para asearlas.

Entro primero a la habitación de keito pues quería prolongar lo que mas se pudiera llegar hasta la de yuya.

- Puedo pasar- dijo después de golpear la puerta-

- Si-

Entro con cautela jalando todo lo necesario para asear la habitación.

- No crees que eso debería hacerlo una mujer- le pregunto el menor viendo como el mayor levantaba la ropa que estaba en el suelo.

- Eso dígaselo a su m… mamá-

- Ella no es mi madre y lo sabes de sobra-

- Si lo se, pero fue la esposa de su difunto padre, así que usted pasa a ser su hijo. Aunque dé gracias que no sea su madre de sangre ne- keito sonrió- puedo hacerle una pregunta- el mayor dejo lo que estaba haciendo y se acerco al joven que se había sentado en la cama.

- ¿Pregunta?-

- Etto… que quiere de Ryutaro-

- ¿Ehh? No entiendo la pregunta-

- Bueno si… ahh como lo explico… que siente por morimoto-

El menor se quedo extrañado por aquella cuestión y a la vez avergonzado

- No entiendo la pregunta-

- Si la entiende-

- No se de que hablas- keito seguía negándolo

- Me refiero a el día de la fiesta cuando usted y Ryu- daiki hizo un ademan con las manos simulando que eran dos rostros que se besaban.

Los colores se le subieron al rostro.

- Bueno yo… este yo….¿y tu como sabes eso?- keito lo miro con el cejo fruncido.

- ¿Ehhh? “maldita mi boca” – pensó el mayor - bueno es que… por eso… fue cuando…mmm Morimoto me lo dijo –sonrió cínico.

- El te hablo se ese día… - la voz del menor sonaba sorprendida.

Daiki asintió

- ¿Quisiera saber que siente por él?-

- A mí él... él… me gusta- exclamo keito bajando la cabeza-

- Me alegra oír eso – dijo el mayor hincándose frente a keito tomándolo por las manos – yo se que a él tú…

- ¿Qué demonios hacen?- rugió una voz detrás de ellos- daiki suspiro exasperado

- ¡Nada que le importe!- asentó de mal humor levantándose. Continúo haciendo el aseo.

- ¿Que quieres? yuya- pregunto el menor viendo como Takaki no le despegaba los ojos de la nuca de Arioka.

- Dile a este que se apresure para que vaya a limpiar mi habitación-

- No soy tu mandadero- daiki sonrió pues esa frase también la había empleado pero con Kairi- además ya te escucho- Arioka asintió, yuya no dijo nada mas pero antes de salir les lanzo una mirada fulminante.

- ¿Y a este que le pasa?- pregunto Keito sin esperar una respuesta. - ¿Y?... ¿que ibas a decirme de ryu-chan?-

- ¡Ehh! ¡ahh nada! será mejor que él se lo diga, con permiso- el chico salió de la habitación.

Con paso resignado camino hacia la siguiente habitación, respiro profundamente y luego se interno en ella.

El golpe de la puerta detrás de él le hizo voltear, Takaki había empujado la puerta y ahora estaba parado frente a ella impidiendo que Daiki pudiera salir.

El menor intento calmarse, respiro mas hondo de lo que jamás pudo hacer y camino hacia el baño para levantar la ropa sucia. Mientras tanto Takaki solo lo seguía con la mirada a cada movimiento que este realizaba, se estaba sintiendo incomodo ante esa situación.

- ¿Puedo ayudarle en algo?- Daiki estaba llegando a su limite

- ¿Que hay entre tu y Keito?-

Daiki lo miro sorprendido

- En tren el joven keito y yo- sonrió incrédulo- no hay nada, ¿porque lo pregunta?-

- Pues los vi muy juntos hace rato-

- Alucinaciones suyas, además a usted que le importa con quien me relacione-

- No me hables así- contesto el mayor derribándolo en el suelo, posicionándose de inmediato sobre el. lo tomo por el rostro y lo acerco al suyo.

- Si me importa- daiki abrió como platos los ojos- no puedo permitir que el dinero de mi familia caiga en manos de gente como tú- Daiki rodo los ojos y a empujones logro librarse de su captor.

- Quédese con la duda- dijo acercando otro poco el rostro quedando a escasos centímetros. Luego sonrió.

Ese fue el momento que yuya estaba esperando, aprisiono el rostro de Arioka con sus manos impidiéndole hacer cualquier movimiento y sin previo aviso lo besó.



Daiki estaba tan sorprendido, que durante una fracción de segundo quedo inmóvil, el movimiento de los labios sobre los suyos le hizo reaccionar, puso sus manos sobre los hombros de yuya y haciendo palanca logro despegarlo de sus labios.

- ¡¡¿Es idiota o que?!!-

Grito malhumorado mirándolo con varadero desprecio. Yuya se llevo las manos a la boca y una extraña sensación de desilusión se dibujo en su rostro.

- “no podía ser, como era posible que sus sospechas fueran erróneas, como pudo pensar que Daiki era el joven de la velada pasada”- pero aun así no estaba conforme, debía de averiguarlo como fuera posible y ahora solo le quedaba la cita de ese día para comprobar o rechazar su hipótesis.

- ¿Le dijiste a Seiji lo de la cita?-

- Claro que le dije- Daiki se limpio la boca delante del mayor para reiterarle su desprecio.

- Me dijo que ahí estará-

- Como que ahí estará-

Daiki lo miro como bicho raro.

- Sí, que ahí estará para la cita, ¿oh que?, ¿ya no se va a hacer?-

- Claro que si, solo que me confundí-

- Por supuesto-

El menor siguió con lo suyo ignorando por completo como lo miraba el otro. Mientras tanto yuya se había quedo pensativo ante lo que había sucedido, el beso no había sido el mismo y eso lo estaba frustrando un poco.

Cuando daiki estaba apunto de salir de aquella habitación que lo asfixiaba, yuya le dio una noticia que le sorprendió mucho.

- Arréglate que iras conmigo a mi cita.

- ¿Perdón?, esa no es mi tarea yo no…-

- Es una orden – demando el otro con tono de superioridad-

Daiki hizo un ademan de aceptar la orden como un soldado y luego salió de la habitación.

Al cabo de un tiempo y llegado la hora señalada Daiki esperaba fuera recargado en el vehículo que los llevaría.



- Eres puntual- yuya paso a su lado con un atuendo de verdad muy sexy. Llevaba puesto un traje sastre a la moda color gris, la camisa era negra y como accesorio llevaba en el cuello una bufanda de tela blanca con mechas al final. Sobre la cabeza un sombrero blanco con delicadas rallas plateadas. Daiki desvió la mirada para no mostrarle que estaba completamente boquiabierto de verlo vestido así, su corazón daba ligeros pum pum, al tiempo que lo miraba de reojo -“¿Porque demonios debió de haberse vestido así?”- se preguntaba el menor mientras con una mano disimuladamente se soplaba pues de momento la temperatura había subido.

- ¿Qué no piensas subir?- le pregunto yuya asomándose por la ventanilla.

Arioka asintió y se subió en la parte delantare junto al chofer.



El vehículo se estaciono frente al establecimiento, antes de bajarse pudo observar que no había nadie parecido al joven de la otra noche así que miro a Daiki con una sonrisa triunfante en el rostro.

Sabia que nadie llegaría a la cita pues Daiki estaba dentro del automóvil y teniéndolo así de vigilado no le seria fácil escaparse. Sonrió ante sus deducciones y con paso decidido entro al establecimiento.



Mientras tanto Daiki se mantenía con los brazos cruzados mirando hacia la nada.

- ¿Para que te trajo el joven yuya?- le cuestiono el chofer

- ¡Ve y pregúntaselo! – contesto de mala manera. El aludido arqueo una ceja en señal de desaprobación.

- Lo siento es solo que me frustra como me trata-

Takaki se acomodo en uno de los asientos en donde se podía ver perfectamente hacia su vehículo.

- ¡Hola! – dijeron a un lado de él, el mayor se giro en redondo para ver quien le estaba hablando. Era un joven no mayor de 19, de cabello negro, ojos azules y bien parecido-

- ¿Te conozco?-

El menor sonrió

-Que no te acuerdas de mí…- yuya lo miro de arriba a bajo- si tú me citaste aquí-

Hasta ese momento takaki cayó en cuenta y de inmediato se giro para ver hacia Daiki y ahí estaba en la misma posición en la que lo había dejado.

- Disculpa mi demora- contesto kairi al tiempo que tomaba asiento – pero el tráfico ya sabes- yuya solo asintió con la cabeza y volvió a mirar hacia Daiki.

La platica había sido amena no podía negarlo, pero por alguna extraña razón aun no se sentía muy convencido, por mas que lo mirase había algo en él que no reconocía. La voz era lo de menos pues ese día estaba borracho así que no la recordaba bien, los ojos pues si eran azules sin ningún pupilente, pero algo en la actitud de él le incomodaba.



Así pasaron las horas, para cuando se dieron cuenta ya eran las 6 de la tarde. Muy caballeroso yuya se despido pidiéndole encontrarse de nuevo. Regresó al vehículo y volteo a ver a Daiki, quien le regreso la mirada de “para que me trajo con usted o a ver si ya se apura”.



Llegaron por fin a la casa, el chofer le abrió la puerta a takaki y se despido con un saludo cortes. Daiki igual Salió del vehículo y pasó a un lado del mayor.

- ¿Se divirtió con Seiji?- pregunto con mucha antipatía

- Por lo que pude notar, es una persona agradable-

- Claro… Dios los hace y ustedes se juntan, tal para cual-

- ¿Que estas celoso?- dijo empujándolo contra el automóvil- Daiki lo miro retadoramente para luego hacer algo que hasta el mismo le sorprendió. Se acerco hacia el rostro de yuya y rozando sus labios le mordió el labio inferior para luego darle un rápido beso. Sonrió pícaro muy satisfecho de ver el rostro perplejo del mayor que ni un musculo había movido cuando Daiki lo dejo solo.

El corazón de yuya golpeaba su pecho intentando que le hiciera caso pues aquello que había pasado lo había dejado por decir demás satisfecho. Sonrió y se perdió en la obscuridad de la casa, mostrando esa sonrisa hasta que logro dormirse.

Al otro día, Daiki no podía mostrarle la cara al mayor, tenia tanta vergüenza de lo que había hecho que toda la tarde se la paso evadiéndolo, a donde él entraba Daiki salía. Pero por mas que lo intento no pudo seguir escabulléndose.



Las idas a las citas con yuya se estaba haciendo muy frecuentes, el pobre estaba al borde de la histeria la ultima vez que fue, pues Kairi se había subido al vehículo y le estaba dando ordenes a diestra y siniestrar como si ya fuera el patrón, varias veces estuvo a punto de gritarle pero su razón poco razonable en esos momentos le hizo detenerse.

Las cosas para Daiki no estaban saliendo nada bien, tenía mas trabajo ya que Kairi se lo estaba dejando con el pretexto de las citas con takaki, después tenia que soportarlo al lado de yuya y para rematar yuya seguía acosándolo.

La gota que derramo el vaso, fue que cierto día cuando el inocente de Daiki se encontraba limpiando la sala, sin andar de chismoso asomándose por la ventana que daba hacia la entrada. Y sin mirar como yuya le decía algo al chofer señalando constantemente hacia el interior. Y después este ingresaba a la casa mientras el corría ha hacerse pato disque limpiando un jarrón. Bueno pues ese día, después de que Takaki entrara y se sentara frente a el chismoso… digo a Daiki, le dijo algo que lo dejo frio ocasionando que derribara el jarron que estaba limpiando.

Bueno así fue el asunto.

Takaki entro mirando como Daiki se afanaba limpiando un jarrón que debía de estar mas limpio que una sala de hospital por tantas veces que le paso el sacudidor. Se sentó frente y aun contemplándolo le dijo.

- Desde hoy serás mi nuevo chofer, así que alístate que salimos en quince minutos- el golpe de aquellas palabras fue tal que en una de esas Daiki empujo con fuerza la pieza de porcelana. Esta cayó con un estruendoso - “CRASHHHH”- ante la mirada divertida de su patrón.

- ¿Pero porque?- Daiki no estaba molesto, esta intrigado por como actuaba el mayor hacia el. porque esa insistencia de que lo acompañara a todos lados con Seiji, ¿que ganaba con eso?.

- ¡¡Porque es una orden!!-

- No se manejar- takaki lo miro incrédulo.

- ¿No sabes manejar?-

- ¡¡no!!- respondió enérgico

- Ya aprenderás- Daiki frunció el cejo y se encamino hacia la sala donde se cambiaban de ropa, busco alguna de chofer que le quedase y al cabo de diez minutos ya estaba de vuelta.

- Luego no me culpe si se llega a descomponer su coche- Takaki no contesto.



-¡Se lo dije! -refunfuño el menor intentando por enésima vez encender el motor – ¡¡le dije que no sabia manejar!!- dijo saliendo del vehículo azotando la puerta.

- Deja de quejarte y sigue intentando-

- ¡Claro! como usted esta ahí dentro cómodo, mientras que yo aquí haciéndola de mecánico- expuso jalando una pieza que estaba atorada- ¿podría ayudarme?- pregunto jadeante por el esfuerzo.

El mayor hizo cara de repulsión, pero sí quería salir de ahí debía de cooperar pues gracias a él y su testarudez estaban en aprietos.

- ¿Por que debimos venirnos por acá?- regaño Daiki

- Pues porque tu dijiste que no querías trafico-

- Pero nunca dije de meternos quien sabe por donde a quien sabe que lugar- Daiki lo dijo al tiempo que jalaba con más fuerza. Se escucho un sonido y después un gran chorro de aceite salió disparado en su dirección empapándolo todo. – ¡no es gracioso!-

- Si lo es- contesto yuya riendo como maniático.

- No lo es- contesto con una risita- además de cuando acá me hace caso

Yuya se quedo mudo.

- deberíamos de caminar haber si encontramos señal- Daiki hablo para cambiar de tema.

Los dos siguieron caminando por un buen rato, pero no había rastro de gente por el camino, ni mucho menos de señal para el móvil. Los dos platicaban amenamente durante el trayecto, algo que les sorprendió mucho pues no imaginaban que pudieran ser así. Llegaron a la orilla de un pequeño riachuelo y ahí Daiki decidió lavar su camisa. Tan absorto estaba lavando que no se dio cuenta que yuya se acercaba poco a poco hacia el.

- ¡ohhh! Mire aquí hay señal- dijo eufórico al descubrirlo, para cuando se giro en busca de yuya, este ya lo tenia tan cerca que podía sentir su respiración sobre su rostro. no supo como pero takaki ya lo había empujado sobre el pasto besando capa parte de su piel desnuda. El celular salió volando perdiéndose de vista. Takaki seguía besándolo, Daiki no podía creer lo que pasaba, aunque su mente le decía que lo detuviera su cuerpo pedía más.

- Detente- pedía entre jadeos. El mayor poco a poco se iba a cercando a esa boca apetecible, a esa boca bañada por el néctar de su cuerpo. Escasos centímetros los separaban cuando su celular comenzó a sonar rompiendo el encanto de ese momento.

- ¡Bueno!- contesto el mayor, pero la señal se había perdido de nueva cuenta. Arioka permanecía debajo con la respiración agitada mirándolo con una expresión entre contento y decepcionado.

- Será mejor que regresemos al auto- Daiki asintió, tomo su prenda mojada y así caminaron rumbo al automóvil sin decirse nada mas.

La tarde comenzaba a caer y el frio empezaba a acentuarse, los titiriteos de Daiki estaban preocupando a yuya, hasta que se acerco hacia él pudo notar que este estaba arriendo en fiebre.

Como pudo logro pasar a el menor a su lado y buscando su abrigo lo cubrió y se cubrió abrazándolo para a minorar el escalofrió. La camisa húmeda de Arioka le ayudo para ponérsela en la frente y así bajar la fiebre.

- Gracias – dijo Daiki en un susurro- yuya solo sonrió y lo abrazo con más fuerza, para que tiempo después ambos cayeran dormido.



Amaneció y con ella dos jóvenes abrazados, uno hundiendo el rostro en el pecho del otro.

Daiki abrió lentamente los ojos mirando en primer lugar el rostro apacible de yuya, con un delicado movimiento se levanto de su lado y antes de salir de aquel vehículo lo besó tiernamente.

Aun dormido, pudo sentir ese beso, era el mismo que había añorado por semanas, era el mismo que buscaba con desesperación. Para cuando abrió los ojos y esperando que la figura que apareciera a su lado fuera la de Daiki, pero se llevo una gran desilusión al encontrarse de frente con el rostro de Kairi.

- ¿Qué haces aquí?- pregunto sorprendido.

- Daiki me contacto y de inmediato vine a ayudarte-

- ¡Ehh! gracias, pero no debiste molestarte-

- No es ninguna molestia-

Yuya se levanto del asiento y ambos salieron del vehículo.

- ¿Donde esta Daiki?-

- ¿Daiki?- contesto de mala manera – se regreso a tu casa, dijo que ya no quería seguir a tu lado. Que había pasado la peor noche de su vida a tu lado.

- ¡eso dijo!- exclamo sorprendido-

- Así es, lo regañe pues no debe de expresarte así de ti-

- Así que eso dijo - yuya frunció el cejo y una luz de resentimiento se percibo en su rostro. mientras que Kairi sonreía para sus adentros.

1 comentario:

  1. OO SI QUE SIGUE Q PASA AAAA
    O UNA CONSULTA PUEDO PUBLICAR TU HISTORIA EN MI BLOG OBVIAMENTE DARIA LOS CREDITOS A ESTA PAGINA Y PODRIA QUE LA AUTORA ES ATZIN
    ONEGAI

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