Beautiful Boy [ cap: 4

Ryosuke correspondió el beso de Daiki durante unos instantes, y después se separo un poco de el.
-¿No me extrañaste? –Pregunto Daiki, al notar la negativa de Ryosuke.
-¡Claro que si! –Contesto Ryosuke, mirando de reojo hacia la puerta del baño.
Yuto seguía observando, deseaba poder salir y agarrar a Ryosuke a golpes. Había jugado con el y eso no se lo iba a permitir. Pero ¿Qué podía reclamarle? Siempre se había dicho que era un juego, Ryosuke jamás había involucrado su corazón como Yuto. El chico adinerado podía hacer lo que quisiera, y Yuto no podía hacer nada para impedírselo.
Ryosuke se encontró la mirada de Yuto escondida detrás de aquella puerta, y desvío rápidamente la suya.
-Daiki creo que deberíamos ir a… a buscarte una habitación –La voz de Ryosuke sonaba extrañamente triste, pero en ese momento a Yuto no le importo.
-No, Ryosuke –Contesto Daiki-. Me quedare aquí contigo…
-No creo que eso sea buena idea –Contesto rápidamente el otro chico.
-¿Qué te sucede? –Pregunto Daiki.
-Es solo que mi padre… -Comenzó a explicar Ryosuke, sacando ideas y mentiras de cualquier parte de su cabeza.
-¿Tu padre? –Lo interrumpió Daiki-. Jamás te ha importado lo que tu padre diga.
-Es solo que no quiero tener problemas –Respondió Ryosuke, agachando la mirada. Le dolía mentirle a Daiki pues lo consideraba algo mas que su mejor amigo, pero tenia que darle a Yuto la oportunidad de salir de su escondite, ya que estaba seguro que lo que el chico quería era alejarse lo mas posible de el, y esta vez, no se lo pensaba impedir.
-Sucede algo, lo se… -Dijo Daiki-. Lo noto en tu voz y en tu mirada, ¿Qué paso?
-Nada especial… -Contesto Ryosuke.
-¿Dónde esta ese Ryosuke altanero y mandón que conozco? –Pregunto Daiki, poniendo una voz mimada e infantil.
-Creo que esta algo cansado –Dijo Ryosuke.
-Eso es extraño en ti –Dijo Daiki-. Si me he perdido de algo importante, cuéntamelo, por favor….
-¡Ya te dije que nada importante ni especial me ha sucedido! –Dijo Ryosuke casi gritando-. Vámonos de aquí, ¿quieres?
Y Ryosuke salio de su habitación, con Daiki detrás de el. En cambio, Yuto no se movió. Se quedo parado observando el punto exacto por donde había salido Ryosuke, sin poder asimilar que todo había acabado sin si quiera haber comenzado. Miro el suelo, y segundos después se dejo caer de rodillas. Siempre lo supo, por eso sentía que debía alejarse de Ryosuke, pero siguió adelante solo porque su estupido corazón se involucro de manera idiota en un juego. Y saber que llego a sentir ternura al ver a aquel chico, saber que llego a sentir que Ryosuke tenía la necesidad de ser protegido…
-¡Al diablo con Ryosuke y su protección! –Dijo Yuto-. Yo mismo le partiré la cara a ese niño para que aprenda…
Se levanto y salio del baño. Se puso a buscar por toda la habitación un papel y una pluma y lo encontró en uno de los cajones. Dentro, también había un pequeño libro, más bien, parecía un diario. Yuto se detuvo con la mano sobre aquel diario, pero después lo pensó mejor y lo hizo a un lado. Se sentó en la cama de Ryosuke y comenzó a escribir lo que bien podía ser su carta de confesión por haber matado a Ryosuke. Al terminar, la doblo con cuidado y la puso sobre la mesita de noche. Después, salio de la habitación y se dirigió a su cuarto. Al llegar, se encontró a Kento.
-Yuto, ¿sucede algo? –Le pregunto su hermano, al verlo entrar en la habitación.
-Nada especial… -Yuto repitió las mismas palabras que Ryosuke había dicho anteriormente, aunque definitivamente el no las sentía de la misma manera.
-¿Por qué tienes los ojos llorosos? -Le pregunto Kento, preocupado.
-No te importa –Dijo Yuto, y se encerró en el baño de su habitación.
Ahí Yuto se deshago por completo.

Sus lágrimas caían sin cesar y no deseaba detenerlas. Quería que al igual que esas lagrimas, sus sentimientos por Ryosuke salieran de el y se secaran en el suelo volviéndose nada. Yuto sabía que tenía que tomar fuerzas e ignorar a Ryosuke con su “amiguito” el resto de las vacaciones, o al menos, hasta después de aquello que le tenía preparado al chico.
…
Ryosuke volvió a su habitación. Ya había instalado a Daiki en una habitación cercana a la suya, lo mas cercana posible. Abrió la puerta y la encontró vacía. Pero, ¿Por qué le dolía aquello?
-¿A mi que me importa que ese idiota se haya ido? –Murmuro Ryosuke, cerrando la puerta tras si.
Comenzó a recorrer la habitación con su mirada, recordando los últimos momentos que había pasado ahí. Sentía una extraña opresión en el pecho que nunca antes había sentido, una extraña tristeza que no le gustaba para nada. De pronto, sus ojos dieron con algo que antes definitivamente no estaba. Se acerco rápidamente a su mesita de noche y tomo un papel doblado que estaba ahí. Lo desdoblo y leyó.

Ryosuke:
¡Eres un idiota! ¡Un maldito idiota! Pero más idiota soy yo, por haber involucrado mis sentimientos contigo. Más idiota soy yo por haber creído que algún día podrías quererme, así como yo te quiero. ¿Y como? ¿Cómo pudiste enamorarte de mi Yuto en el escaso tiempo que nos conocemos? De seguro en eso estas pensando, pero ni siquiera yo se la respuesta. Si quieres hablar, yo también. Te veo mañana por la noche en las pequeñas bodegas que están en la parte izquierda de este hotel. Ve solo.
Atte:
Yuto Nakajima

-Este idiota… -Murmuro Ryosuke y aventó la carta al suelo.
Se dejo caer en la cama boca arriba mirando el techo, pensando… pensando… El tiempo transcurría y Ryosuke seguia tirado ahí repasando en su mente las palabras de Yuto.
-¡Ah! ¿Y a mí que me importa que se haya enamorado? –Grito de pronto Ryosuke, jalándose el cabello desesperadamente-. ¿Qué me importa lo que el sienta? ¡Reacciona, Ryosuke!
-¡Ryosuke! ¿Estas bien? –Se escucho del otro lado de la puerta Daiki-. Déjame entrar.
-Pasa, Daiki –Dijo Ryosuke, controlandose.
-¿Estas bien? –Pregunto Daiki.
-Claro que estoy bien –Dijo Ryosuke histéricamente-. ¿Por qué habria de estar mal? No tengo porque estar mal, ¿o si?
-Pues supongo –Daiki se sentó en la cama con Ryosuke.
-¡Claro que estoy bien! Perfectamente bien –Ryosuke seguia tratando de que su mente asimilara que El si estaba bien-. Nunca me había sentido mejor, estoy muy bien…
-Ok, ya lo entendi –Dijo Daiki-. Ultimamente estas muy raro… Más de lo normal.
-Son cosas tuyas, Daiki –Ryosuke se acerco a Daiki con la intención de abrazarlo-. Me harás sentir verdaderamente mal si sigues…
-Aun así… -Daiki se quedo pensativo-.

Presiento que algo va mal…
-¿Quieres olvidarlo ya? –Pregunto Ryosuke, y abrazo a Daiki.
Inmediatamente Daiki correspondió el abrazo, y busco los labios de Ryosuke. Se comenzaron a besar sobre la cama, Daiki comenzó a despojar de su ropa a Ryosuke. Pero algo estaba mal, Ryosuke mantenía fuertemente sus ojos cerrados y no había en su mente nada más que una cosa: Yuto.
-Espera, espera –Ryosuke se detuvo y empujo a Daiki.
-¿Qué sucede? –Pregunto Daiki-. Pensé que era lo que querías.
-Si, pero… -Ryosuke agacho la mirada-.

Hoy, no…
Ryosuke se paro de inmediato y salio corriendo de la habitación. No quería que Daiki lo viera, no quería hacerle daño al chico, no quería hacerle daño a nadie. Algo que no había tenido previsto al momento de ver a Yuto y decidir jugar con el, había ocurrido.
…
En la habitación, Daiki se quedo pensativo. Ryosuke de verdad se estaba comportando muy extraño. Y lo peor de todo es que no confiaba en el. Se puso de pie, y ya iba a salir de la habitación cuando sus ojos dieron con algo que estaba tirado en el suelo. Parecía… un papel. La curiosidad invadio a Daiki y lo levanto.
…
Ryosuke seguia corriendo por los pasillos del hotel, hasta que sus pasos lo detuvieron frente a una habitación.
-La habitación de Yuto… -Murmuro Ryosuke.
La puerta se abrió y apareció por ella Kento.
-Oh, Ryosuke –Lo saludo Kento-. Es un poco tarde para visitas, ¿no?
Ryosuke no contesto. ¿Por qué había ido a ese lugar?
-¿Quieres que llame a mi hermano? –Dijo Kento-. Ustedes se han vuelto muy buenos amigos, ¿verdad?
-Amigos… -Repitió Ryosuke.
-Si, espera –Dijo Kento-. ¡Yuto, te busca Ryosuke!
-No, ¡no! –Grito Ryosuke, pero ya era tarde, Kento ya había llamado a su hermano.
…
Una lágrima corría por la mejilla derecha de Daiki. Había leído aquel papel tirado en la habitación de Ryosuke y ahora comprendía totalmente.
-Entonces, tu extraño comportamiento se debe a esto… -Murmuro Daiki, doblando de nuevo la carta-. Al parecer, encontraste a otra persona…
…
Ryosuke había vuelto a salir huyendo, lo más probablemente era que Yuto ni siquiera saliera a recibirlo, lo más probable era que ahora el chico lo odiara con todas sus fuerzas, y eso dolía. Llego corriendo al vestíbulo, y se dirigió a la puerta de la piscina. Había algunas personas ahí, a pesar de que ya era un poco tarde. Entro caminando lentamente, con la cabeza agachada. Se sentó en la orilla de la piscina y observo el agua.
…
Unos pisos más arriba, en la parte del hotel, Yuto se asomo por el balcón. Necesitaba algo de aire fresco. La noche era hermosa, la luna llena bañaba con su luz todo a su paso. Suspiro lentamente.
…
Abajo, Ryosuke suspiro lentamente. Miro hacia la luna, era tan hermosa. Estaba ahí, justo donde había conocido a aquel chico tal alto, si, lo había conocido a punto de ahogarse, sin saber en todos los problemas que se metería por haberle salvado la vida a ese chico, pero no se arrepentía, jamás se arrepentiría.
-Yuto… -Murmuro Ryosuke, mirando aun la luna.
…
-Ryosuke… -Murmuro Yuto, mirando la luna-. Mi hermoso chico…
…
Al día siguiente, Ryosuke se levanto con la idea de pasar todo el día con Daiki. Al final, había comprendido que se porto de manera grosera con el, y que Daiki no tenia la culpa de todo lo que estaba pasando. El único culpable era el, Ryosuke.
Ryosuke toco la puerta de la habitación de Daiki, y este abrió la puerta.
-Hola, Daiki –Saludo Ryosuke-. ¿Quieres que bajemos a desayunar juntos?
-¿Quieres desayunar conmigo? –Pregunto Daiki, poniendo una extraña sonrisa.
-¡Claro que si! –Dijo Ryosuke-.

Daiki, pasaremos un día genial.
-Ryosuke, ¿recuerdas cuando nos prometimos decirnos todo? –Pregunto Daiki-. Después de que sucedió aquello, ambos prometimos eso…
-Lo se –Dijo Ryosuke, sonriendo, aunque sabia muy bien que el si le estaba ocultando algo a Daiki-. ¿A que viene esa pregunta?
-A nada en especial, solo lo estaba recordando –Comento Daiki.
-¿Por qué recuerdas esas cosas? –Pregunto Ryosuke-. Sabes perfectamente que no me gusta recordar aquello que paso…
-Lo se –Dijo Daiki-. Pero supongo que si tu crees que lo que te sucede no es algo digno de contarmelo, entonces aun no se ha vuelto demasiado importante para ti…
-¿A que te refieres, Daiki? –Pregunto Ryosuke.
-A que aun tengo una oportunidad –Dijo Daiki, con voz firme-. No me dare por vencido Ryosuke. No dejare que esa persona te quite de mi lado.
-¿Eh? –Pregunto sin entender Ryosuke.


-Vamos, vamos a desayunar –Dijo Daiki, tomando de la mano a Ryosuke.
Ambos chicos se dirigieron a los elevadores y bajaron hasta el vestíbulo para ir al restaurante particular del hotel. Ahí se sentaron y pidieron a la mesera algo para desayunar, y mientras esperaban se pusieron a platicar.
No habían pasado más de 15 minutos, cuando dos chicos entraron también por las puertas del restaurante. Eran Yuto y Kento.
Al ver a Yuto, Ryosuke se puso de pie de inmediato sin quitarle la vista de encima al chico, mientras sentía una extraña sensación invadiéndolo por completo.
La mirada de Yuto se topo con Ryosuke y su cara de pánico absoluto.
-¡Oh, Ryosuke! –Dijo Kento-. Vamos a desayunar con ellos, Yuto.
-No, espera… -Murmuro Yuto.


Kento ya se había dirigido hasta donde estaba Ryosuke, pero Yuto no se había movido de su lugar.
-Oye, Ryosuke –Pregunto Kento-. Les molesta que desayunemos con ustedes.
-¡Claro que no, para nada! –Respondió Daiki-. Pasen.
-¡Yuto! –Kento miro a su inmovilizado hermano-. Ven para acá, ¿Qué haces?
-Creo que no tengo hambre… -Dijo Yuto, dando media vuelta y saliendo inmediatamente del restaurante.
-Yuto… -Murmuro Ryosuke, aun sin sentarse y observando el lugar donde había desaparecido Yuto.
Daiki miro a Ryosuke, el chico tenía una profunda mirada llena de tristeza. Ahora, Daiki sabía quien era su rival.
-Que extraño, hace unos segundos dijo que se moría de hambre… -Comento Kento.
Ryosuke se sentó con la mirada abajo. No entendía porque se había ilusionado de esa manera al ver a Yuto. ¿Qué esperaba? ¿Qué el chico corriera a sus brazos en cuanto lo mirara? O mejor, ¿Qué al verlo, lo golpeara hasta matarlo por lo que había hecho? Si, eso era más probable.
-Aquí tienen –Dijo la mesera al llegar con la comida de Ryosuke y Daiki-. Usted joven, ¿pedirá algo?
Kento se puso a charlar con la mesera sobre lo mejor que servían en aquel hotel, mientras Ryosuke seguia divagando en sus pensamientos. Daiki lo observaba sin tocar su plato de comida, al parecer aquel chico de nombre Yuto había afectado demasiado a Ryosuke, pero Daiki no se daría por vencido, no, eso jamás.
-Ryosuke, Ryosuke, ¡RYOSUKE! –Grito Daiki, pegándole a la mesa para hacer reaccionar al chico, espantando un poco a la mesera.
-Que agresividad… -Comento Kento-. Y mira que tienes una cara de que no matas ni a una mosca.
-No mato ni a una mosca –Dijo Daiki, mirándolo.
-Dile eso a la mesa –Comento Kento.
Ryosuke, a pesar de que se dio cuenta que Daiki intentaba hacerlo reaccionar, se aíslo de nuevo en cuanto los otros dos comenzaron a pelear sobre quien le pegaba más fuerte a la mesa y quien estaba coqueteando con la mesera.
-Es muy grande para ti, eso es todo –Sentencio Daiki-. Olvídala.
-Te dicen el “anciano” –Dijo Kento-. Oye, Ryosuke, ¿no comerás o que?
Ryosuke miro a Kento y trato de sonreírle, pero le fue imposible. Probablemente, si Kento se enterara que le acaba de destrozar el corazón a su hermano, no lo trataría de esa manera.
-Es el síndrome de “hoy no quiero comer” –Comento Daiki, llevándose un bocado a la boca.
-Debe de ser la nueva enfermedad de los adolescentes de hoy –Dijo Kento, riendo.
-Si, es muy peligroso, Kento –Dijo Daiki-. Cuidado que no te vaya a dar.
-¿Crees que sea contagioso? –Pregunto Kento, mirando a Ryosuke.
-Pues no ce, pero si fuera así… -Dijo Daiki, y tomo la mano de Ryosuke, que estaba sobre la mesa-. Yo aun seguiría al lado de Ryosuke.
Ryosuke miro a los ojos a Daiki.
-Porque el sabe que yo siempre estaré a su lado, sin importar lo que pase o lo que sienta –Dijo Daiki, sonriéndole.
Ryosuke sonrío levemente. Quizás, lo mejor seria ser sincero con todos. Decirle a todo el mundo, bueno… Solo a Yuto y Daiki, la verdad de lo que sentía. Pero eso seria después de ir a aquella cita que Yuto había programado para ese día en la noche, porque estaba decidido, iría a aquella cita y enfrentaría a Yuto.
-¡Ay, no! ¿Y yo que? –Dijo Kento, de pronto-. Yo tengo que dormir al lado de Yuto durante las vacaciones…
…
Yuto había salido del hotel, y caminaba por las calles de la ciudad. Trataba de recordar por donde había venido para no perderse y para tratar de mantener a su mente despejada.
-izquierda, izquierda, derecha… -Murmura Yuto por las calles, tratando de no olvidar hacia donde había dado vuelta.
De pronto, su celular comenzó a sonar, y al ver de quien se trataba respondiendo la llamada inmediatamente.
-¡Yuri! –Dijo Yuto.
-¡Yuto! –Se escucho una voz alegre al otro lado del auricular.
-¿Cómo estas, pequeño? –Pregunto Yuto.
-Más alto, no creo –Contesto el otro, y comenzó a reír.
Yuto también rió, pero su risa se apago muy pronto. Ambos chicos guardaron silencio durante algún tiempo.
-¿Y tu? –Pregunto Yuri al notar el silencio de Yuto-. Te noto demasiado… serio. ¿Sucedió algo malo?
-Algo así… -Comento Yuto.
-¿Quieres contarme? –Pregunto dudoso Yuri.
-Claro que si. De echo, necesitaba a quien contárselo –Dijo Yuto-. Siempre apareces cuando te necesito.
-Yuri al rescate –Dijo el otro-. Solo me falta la capa, y seré como superman.
-¡Súper Yuri!
-Si –Dijo Yuri, riendo-. Tan, tan, tan, tan, tan… ¡Súper Yuuuuuuuuri!
Yuto reía alegremente de las tonterías que decía su amigo.
-Oye, súper chaparro –Dijo Yuto-. Mas vale que te sientes, porque lo que te contare es largo.
-Esta bien –Yuri guardo silencio unos segundos-. Listo, estoy sentadito en la cama, cuéntame tus penas, amigo mío.
-Yuri, creo que… no, estoy seguro que… -Yuto tomo aire-. Me enamore.
-Eso es obvio –Dijo Yuri, interrumpiendo a Yuto-. Soy demasiado lindo y adorable como para no enamorarse de mí.
-Voy en serio, Yuri –Dijo Yuto-. Me enamore.
-¿Y quien es la afortunada de tener tu amor?
Yuto no contesto. Necesitaba tener valor para confesarle a su amigo que no se había enamorado de una Ella, sino de un El.


-Es que ese es el principal problema…
-¿No te corresponde? –Pregunto Yuri, tristemente.
-Ese es el otro problema, ya tiene a alguien –Contesto Yuto, cerrando los ojos.
-No te des por vencido amigo, ella no sabia de lo que se pierde… -Comenzó a discutir Yuri.
-Yuri, Yuri, ¡Yuri! –Dijo Yuto-. Espera, es que…
-¿Qué sucede?
-Estas en un error –Comento Yuto.
-¿Cuál error?
-No es ella, es El –Dijo Yuto.
Yuri se quedo callado y Yuto no escuchaba ni la respiración de su amigo.
-Ahora piensas que soy rarito… -Murmuro Yuto.
-¿Estas enamorado de otro chico? –Pregunto la voz de Yuri, que ahora sonaba un poco distante.


-Si –Dijo Yuto-. Y no me preguntes como paso, solo paso. De un día para otro, me salvo y luego estaba en su habitación y…
-¿Qué hicieron en su habitación? –Pregunto Yuri, alzando la voz-. Si te obligo a hacer algo que no querías, te juro que yo…
-No, no, tranquilo –Dijo Yuto-. El siempre dijo que era un juego…
-Y tu de inocente te dejaste… -Dijo Yuri, se escuchaba enojado-. En este momento, ¡salgo para allá!
-¿Qué? –Pregunto asombrado Yuto-. No es necesario, Yuri…
-¡Nadie juega con mi mejor amigo, Yuto! –Dijo Yuri-. Sea chico o chica, eso no importa. Lo único importante son tus sentimientos.
-Yuri, no te lo tomes tan apecho…
-Dijiste que había jugado contigo, ¿no? –Pregunto Yuri-. Dijiste que el ya tenia a alguien y aun así, te enamoro, ¿cierto?
-Si, pero…
-Entonces, eso es entrar en la boca del lobo –Dijo la firme voz de Yuri-. Tú y yo somos amigos, es más, yo te considero mi hermano. Y jamás permitiré que nadie juegue con mi hermano.
-Yuri… -Murmuro Yuto.

-Dime en que parte queda el hotel –Dijo Yuri-. Ese chico se las veras conmigo…