lucky man [ cap 2 ]

Vi como comenzabas a abrir los ojos de a poco, primero fruncías el ceño y te movías un poco y luego a una velocidad de tortuga los abrías.

- ¡Yuto! - exclamaste - ¿Cuán...?

- Un día entero durmiendo - te contesto.

- Ryos...

- Sí, debemos rescatarlo - bajo la mirada triste.

- ¿Yuto estás bien?

- Sí, no estoy herido ni nada.

- ¿Cómo te salvaste? - me miras de reojo - ¿Por qué no tienes ningún rasguño?

Dicen que las tortugas son observadoras y sabias, odio pensar que seas así ahora.

- Suerte...

- Yuto... - me miras reprochando mi mentira.

Odio tu sexto sentido.

- Yuto... - repites esperando una respuesta.

- Es mejor que no lo sepas - me sincero, sé que si te enteras de la verdad vas a sufrir.

- Yuu - susurras tomando mi cara con ambas manos y me haces mirarte fijamente.

- Uno de los Yakuzas era un antiguo cliente mío - desvío la mirada al decirte la verdad.

Me sueltas la cara, entonces te miro, la expresión de dolor en tu rostro es impresionante, me siento más mal aún, me siento una mala persona, una persona que solo hace sufrir a los demás, no soy un buen chico, si lo fuera no estaría metido en estas clases de situaciones y no le haría daño a la gente que quiero...

- Kame yo... lo siento... - mis ojos se llenaron de lágrimas.

- Quítate la ropa - me ordenaste en un susurro y mantuviste la mirada baja.

- Kazuya...

- ¡QUÍTATE LA ROPA AHORA! - ordenas gritándome con lágrimas en tus ojos.

Te obedezco rápidamente, a pesar de que estas herido insiste en levantarte y llenas la bañera con agua caliente. Me refriegas todo el cuerpo con una esponja llena de jabón, siento como lloras cada vez que lo haces, yo también lloro, pero no gritamos, solo sollozamos en silencio.

- ¿Dónde está ese hombre ahora? - me preguntas para romper con el llanto.

- Allí - te indico una ventana que da vista al basurero del edificio de al frente.

- Dios... - susurras horrorizado, sabes perfectamente en que estado se encuentra el hombre.

Me siento como un monstruo, siempre me he sentido así, no entiendo porque una persona tan cálida y hermosa como tú está conmigo, no entiendo el porque me acompaña, no entiendo porque decidiste acompañarme, y lo único que espero ahora es que huyas horrorizado de mí, soy un chico malo, "los chicos malos no merecen ser cuidados" recuerdo que eso me dijo mi madre hace muchos años. Sin embargo en vez de huir me abrazas con fuerza y tu llanto es aún más fuerte.

- Lo siento Yuto, lo siento mucho Yuu-chan - me susurras - yo prometí que te alejaría de todo lo malo, prometí que cuidaría de ti... sin embargo fui yo quien te metió en esto.

Discúlpame, discúlpame una y mil veces Kame.

- ¿Te besó? - me preguntas con mirada seria.

Asiento con la cabeza y segundos después siento tu tibios labios heridos sobre los míos, no es un beso de pareja, si no uno de purificación, si es que yo pedo purificarme. Es gracioso, meses antes si Kame me hubiera besado como lo hace ahora me sentiría en la nubes, pero extrañamente en el ahora siento que estoy traicionando de alguna forma a Ryosuke.

Ah, Ryosuke, Yamada Ryosuke, es increíble como las cosas dieron una vuelta inesperada, y como este sentimiento de culpabilidad comenzó siendo odio en un principio.

Todo comenzó hace más menos un mes y medio, cuando Kame cambio de trabajo, trabajaba lejos, cerca de los barrios más altos y volvía tarde. Lo extrañaba mucho debo admitir, siempre me ha gustado estar a su lado, que me preste atención, que juegue conmigo, que me acaricie, que me hable, que me cante. Sí, se podría decir en aprte que estoy enamorado de Kame, así fue muchos años, y aún queda la llama baja, en esa época mi amor hacia él se hacía más grande ya que casi ni le veía. Una tarde mientras preparaba la cena sentí como abrían la puerta, supe que era él y me hice ilusiones de verlo tan temprano, corrí a recibirlo con la mayor de mis sonrisas pero al abrirse las puertas de par en par mi sonrisa se desvaneció por completo.

- ¿Qué? - pregunté al ver a un chico más bajo que yo de mi edad junto a ti.

- ¡Yuto! - sonreíste - él es Yamada - dijiste posando tus manos sobre los hombros del chico.

Ese gesto me hizo fruncir mi boca, era le primer signo de los celos.

- ¿Yuto? - el chico abrió mucho los ojos al decir mi nombre y mirarme.

- ¿Qué te ocurre? - levanté una ceja - ¿Por qué me miras así? - luego con tono aún más antipático pregunté - ¿Cómo era que te llamabas?

- Ryosuke, Yamada Ryosuke, pero por favor solo llámame Ryosuke - agacho la cabeza.

- Así que tienes un apellido - sonreí de medio lado.

- Yuto - la tortuga sabia intervino - Ryosuke desde ahora vivirá con nosotros.

- ¡¿Qué?! - casi grito.

- Ryosuke al igual que tú ha vivido una vida dura y ya no aguantaba más en el lugar dónde vivía, además sería bueno que tuvieras un compañero ya que debido a mi trabajo estás la mayor parte del tiempo solo.

- ¡¿Quuuuuué?! - repetí - ¿Pero se puede saber en qué estás pensando? - miré a Kamenashi - ¡este chico tiene por lo menos mi edad! No te puedes rapar de su casa a un chico de 16 años que tiene un apellido, no es como en mi caso.

- Yuuuto - Kame iba a comenzar a hablar pero el chico lo detuvo.

- ¡Por favor déjame quedarme! - Ryosuke hizo una reverencia - prometo no ser una molestia.

Me callé, comenzó a dolerme la cabeza y me di cuenta de que mi comida se estaba quemando, preferí no hablar más del tema.

Debía compartir habitación con Yamada, claro que esto me molestó al principio, pero cuando era más pequeño y estaba en la red la compartía con mi único amigo que he tenido: Arioka Daiki.
Me quité la ropa y quedé solo en boxers, en climas templados solía dormir así, observé como Ryosuke se quedaba estático sentado sobre el futón.

- ¿Vas a dormir sentado? - le pregunté.

- Lo siento, es que no traje un pijama...

- Toma - le arrojé una polera (N/A: T-shirt) mía.

- Gracias - a pesar de eso se quedó estático mirando la polera - ¿Podrías voltearte?

- Está bien - rodé los ojos y me volteé.

Entonces a través de un espejo frente a mí vi la razón por la cual Ryosuke me había pedido que me volteara: tenía toda la zona torácica llena de moretones y rasguños.

La mañana siguiente desayunamos solos Ryosuke y yo, Kame había ido a contactar al falsificador. Ryosuke me miraba fijamente en silencio al momento de comer, eso me molestaba muchísimo.

- ¿Puedo preguntar algo? - rompí el silencio.

- ¿Qué cosa?

- Anoche por casualidad las vi...

- Ah, eso... - Ryosuke desvió la mirada - soy la tercera generación de una familia yakuza, se supone que al ser de la mafia debo ser rudo y fuerte o al menos muy inteligente para ser el próximo jefe de la Familia Yamada ¿no es así?

- Supongo.

- No soy nada de eso, y con esta forma de castigo me intentan cambiar.

Ese día no fui al instituto, si Yamada era de la mafia entonces no debía dejarlo solo en casa. Kame llegó a la noche con una cédula de identidad falsa y al entrar lo primero que hizo fue saludar y entregarle la cédula a Yamada, me molestó que pasara junto a mí ignorándome. La mañana siguiente fui con Ryosuke a la escuela, estaba tan molesto con la actitud de ayer de Kame que a Ryosuke ni verlo quería y para desgracia mía en ese entonces Ryosuke resultó ser mi nuevo compañero de curso.

Ryosuke me seguía a todas partes, hasta el baño, me desesperaba un poco, sin embargo prefería no decirle nada. Me miraba bastante también, me hacia sentir bastante incómodo.

Las atenciones de Kame hacia Ryosuke se hacían cada vez más constantes, lo miraba de forma muy permanente y siempre le trataba amablemente, mis celos crecían más y más y explotaron en el momento en que la tortuga comentó algo que me hirió muchísimo.

- ¿Mañana es sábado no es verdad? - preguntó Kame al aire.

- Sí, sábado 5 de mayo - respondí en voz alta - mañana es el día cuad...

- ¿Ryosuke quieres ir a algún lugar ese día? - Kame atropelló mis palabras.

- ¿Mañana? - Ryosuke se sorprendió - ¿Qué ocurre mañana?

- Mañana es el día qu...

- Mañana es sábado - volvió a interrumpirme Kazuya - y tú cumpleaños es el miércoles, ¿Te gustaría celebrarlo mañana?

- Claro - Ryosuke sonrió de forma amplia.

- ¿A dónde vamos? - Kame sonrió cálidamente.

- ¿Yuto-kun quieres ir a algún lugar?

- Quiero ir tomar aire afuera - me dirigí hacia la puerta - Si deciden algo avísenme - dije antes de salir y cerrarla puerta.

"Kazuya imbécil" susurré para mis adentros ¿Cómo se le podía olvidar lo que significaba el 5 de mayo? Ese fue el día que escapamos juntos, ese día lo celebrábamos cada año, con tal de seguir esforzándonos para sobrevivir otro año más juntos. Suena estúpido pero para mí era una fecha más que especial, y que Kamenashi la omitiera por Yamada me ponía más que enfermo.

- ¡Yuto! - sentí que Kame me llamaba desde el balcón de nuestro departamento.

Levanté la vista, me encontraba ya en la calle, tres pisos más abajo, miré a Kamenashi 1 segundo y luego volví a mirar al frente y seguí caminando.

- ¡Yuto espera! - sentí como me llamaba corriendo atrás mío Kame.

- ¿Qué quieres? - le pregunté frío.

- ¿Se puede saber que te ocurre? - posó su mano sobre mi hombro.

- ¿Se puede saber en qué estabas pensando cuando lo trajiste? - solté mi hombro de su agarre.

- Yu...

- ¿Te gusta no es verdad? - lo miré a los ojos.

- Yuto...

- No lo niegues ¿Cómo lo conociste?

- En mi trabajo como mesero en las tardes, él venía muy seguido.

- ¿Y te gustó de inmediato no es así?

- Yuto no digas esas cosas.

- Solo si alguien te gusta mucho serías capaz de traerlo hasta acá sabiendo que la mafia puede encontrarnos en cualquier momento y destruir todo lo que nos costó años formar ¡Solo si te gusta mucho serías capaz de olvidar que mañana es el día que solo nosotros dos celebramos!

La expresión de Kame cambió de forma drástica.

- ¿Te gusta? - repetí mi pregunta en tono frío.

- Sí... - susurró Kame.

- Entonces tenemos un problema, porque tú también me gustas.

Después de decir eso acorralé a Kame contra una pared y lo besé. Kazuya estaba estático, lo solté a los pocos segundos.

- Ni creas que voy a ir mañana con ustedes - dije antes de retomar el camino al departamento.

Tuve suerte, o al menos eso creía yo, ya que un compañero de clases me llamó preguntando si podíamos cambiar los turnos de limpieza del aula, ya que este sábado era su turno y el próximo el mío, acepté gustoso creyendo que así me libraría de Ryosuke y de Kamenashi pero Ryosuke insistió en ir a ayudarme. Finalmente acabamos los dos sacudiendo los borradores...

- ¿Por qué me seguiste? - le pregunté frío y molesto sacudiendo mi borrador - ¿No ibas a ir a una cita con Kame?

- No quería dejarte solo.

- No estoy solo, estoy con la tortuga - indiqué a la tortuga que había al final de sala, animal que nuestro curso tenia como mascota.

-Entonces quería estar contigo... - Ryosuke se sonrojo al decir eso.

- ¿Qué dices?

- Me gustas Yuto-kun.

- No me bromees - rodé los ojos al pensar en el triángulo amoroso en el que me encontraba.

- ¡Lo digo enserio!

- Entonces te digo enserio que lamento no corresponderte - tras decir eso me fui de la sala, quería estar solo.

La situación entre los tres fue tensa, yo ignoraba a Yamada quien me miraba a cada rato y le sacaba celos con Kame abrazándolo y besándolo en la mejilla cada vez que podía, este por su lado miraba a Yamada y le daba ánimos y tratos especiales cada vez más frecuentes. Estaba más que molesto.

El día del cumpleaños de Ryosuke todo cambió. Era de mañana y Kame había preparado un desayuno especial para Ryosuke. Entonces llamaron a la puerta. Nunca teníamos visita, por lo que llamaran a la puerta era más que extraño.

- ¿Vive Yamada Ryosuke aquí? - grito un voz de hombre joven al otro lado de la puerta.

Nos quedamos estáticos.

- ¡Ryosuke si estás allí ábreme soy yo, soy Daiki!

- ¿Daiki? - Ryosuke se sorprendió.

- "Daiki" - repetí ese nombre en voz baja y recordé a quien fue mi único amigo...

- ¿Puedo abrir? - preguntó Yamada.

- Sí - Kame le hizo una seña para que abriera.

Yamada abrió la puerta y segundos después un chico un tanto más alto que él entro a la casa abrazándolo, el chico vestía un terno Yakuza muy elegante y se notaba era muy joven.

- ¡Feliz cumpleños! - sonrió el chico y por fin le vi el rostro, casi me da un infarto al darme cuenta de quien era.

- ¡¿DAI-CHAN?! - grité.

Daiki se dio vuelta y su expresión de sorpresa en la cara se hizo más que gigante, corrió a abrazarme y yo apreté su cuerpo contra el mío con mucha fuerza.

- ¿Dai-chan que haces aquí? - lo miré ilusionado - ¿Por qué conoces a Ryosuke?

- El día en que te escapaste recibí una gran paliza, entonces decidí escapar yo también y llegué a acá a Tokyo y me uní al clan Yamada.

- Y Daiki se volvió mi amigo de inmediato - sonrió Yamada colocándose junto a Daiki.

- Sí - sonrió también Daiki.

- ¿Cómo encontraste este lugar? - preguntó Ryosuke.

- Es deber de todos los miembros del clan Yamada buscarte Ryosuke, y en esa búsqueda me dijeron que aquí vivía un chico joven, más bien dos chicos jóvenes, y tuve un extraño presentimiento de que encontraría algo aquí, nunca esperé encontrarme a los dos juntos.

Ese día nos quedamos los 3 en casa, Kame salió a trabajar y Ryosuke y yo faltamos a clases, con Daiki entre los dos el ambiente se hizo más que ameno. Mi mal humos se desvaneció totalmente.

A la noche Daiki se fue y Ryosuke y yo nos fuimos a acostar.

- Buenas noches - le dije a Yamada y cerré los ojos.

- Buenas noches - me respondió Yamada - ¿Oye Yuto...?

- ¿Sí? - abrí los ojos - ¿Qué sucede?

- No me has dado ningún regalo...

- ¿Y qué te puedo dar a estas horas?

- Bésame.

- ¿Qué? - me volteé y miré al sonrojado Yamada - No me digas que aún sigues con esas tonterías de que te gusto...

- No son tonterías - me miraste - es enserio.

- ¿Cómo te puedes enamorar de alguien enserio llevando menos de un mes de conocerlo?

- Es más de un mes... - susurraste.

- ¿A qué te refieres?

- Daiki, Daiki me habló de su pasado, en su pasado estabas tú, siempre quise conocerte, y el Kamenashi que me salvó, nunca me esperé que fuera el mismo "Señor Tortuga" del que me habló Daiki, pienso que fue más que suerte el haberte conocido en persona.

Mi corazón latió a mil por hora y sentí un revoltijo raro en mi estomago. Al día siguiente miré a Yamada con otros ojos, todos sus gestos me parecieron adorables y su sonrisa me parecía brillante y hermosa.

Una noche antes de irme a dormir tuve un acto impulsivo, gateé hasta el futón donde Ryosuke estaba sentado y sin avisarle ni nada besé su mejilla. Ese fue el inicio de la relación.

La mañana siguiente teníamos escuela y al salir de nuestro hogar Ryosuke tomó suavemente mi mano y elevándose de puntillas me besó suavemente, ya era oficial.

La felicidad duró poco, ya que días después ocurrió lo que ocurrió: el clan Yamada dio con nuestro paradero, no siguieron de la escuela y entraron a la fuerza. Destrozaron todo y se llevaron a Ryosuke y a Kame, yo no sufrí daños leves, el yakuza que me tocó era un conocido antiguo, es increíble que me reconociera.

- ¿Qué haremos ahora con Ryosuke? - pregunta Kazuya mientras me seca con una toalla.

- Le pediremos ayuda a Daiki...

Continuará ~